La moda Adlib no es una moda, es un sentimiento». Quien esto dice ha invertido 25 años de su vida en mantener vivo este «sentimiento». Y parece que no le ha ido mal: Luis Ferrer, uno de nuestros diseñadores más conocidos, ha conseguido que en lugares tan dispares como San Francisco, en EEUU, o Düsseldorf, en Alemania, se hable y se vean las prendas que salen de la isla. Entre sus clientes, Ferrer cuenta con nombres tan ilustres como el de la modelo Naomi Campbell, quien se llevó dos de sus vestidos más «Adlib». En la actualidad, Ferrer está enfrascado en preparar su nueva colección, que se mostrará en los escaparates de media España cuando el calor comience a apretar. También tiene otros encargos más especiales, como los dos vestidos que llevará próximamente al programa de Tele 5 «Día a día», presentado por María Teresa Campos y donde se dedicará el próximo día 29 un reportaje a las creaciones de los modistos de Eivissa y Formentera. Ahora, además, La Primera también se ha puesto en contacto con él para tratar una futura entrevista.

Ferrer da para un reportaje e incluso para un programa monográfico. Antes de que Smilja Mijailovich comenzara inventara aquello de «viste como quieras, pero con gusto», Ferrer se paseaba por los hoteles del grupo Matutes, organizando desfiles en las piscinas o allí donde le dejaran un rincón lo suficientemente bonito.

Este sector facturó nada menos que 1.000 millones de pesetas el pasado año, según los datos facilitados por la Conselleria d'Indústria del Consell. La mayor parte de los vestidos que se venden procedentes de las Pitiüses tienen alguna inspiración «Adlib». Cuando alguna empresa textil o unos grandes almacenes se interesan por nuestra moda, lo que quieren encontrarse es este particular estilo; el resto de tendencias se puede crear en cualquier lugar, mientras que estas prendas blancas sólo se confeccionan aquí: «Sólo la sabemos hacer nosotros, nadie las puede copiar. Si lo intentara alguna gran cadena no les quedaría igual. No tendrían nuestro glamour», señala este creador. Su producción es bastante amplia, cerca de 4.000 prendas al año.