Cualquier persona que tiene que cumplir con un horario diario para ganarse el sueldo de cada mes entenderá perfectamente lo que significa «estar quemado» con su trabajo. Lo que quizá no sepa es que ese malestar es una enfermedad conocida por los especialistas como «Sindrome Burnout» y que puede motivar una baja médica. Ahora, María José Marí Figuerola, supervisora del Hospital Residencia Asistida de Cas Serres, y Maragarita Ferrer Cardona, psicóloga del mismo centro, han elaborado un estudio en el que se analiza el grado de este padecimiento que sufren las personas que trabajan en un geriátrico.

Según los datos de este trabajo, presentado en el IX Congrès de la Societat Catalanobalear de Geriatria i Gerontologia, donde ganó incluso un galardón, un 15 por ciento de las personas que trabajan en este centro sanitario de las Pitiüses padecen el «Síndrome de Burnot». La cifra, aunque elevada, no se acerca al grado que se encuentra en otras profesiones, como la docencia, donde los maestros suelen estar «quemados» con su trabajo.

«Esta dolencia se presenta siempre que se estudia un trabajo que supone estar de cara a la gente. Creímos que en este caso, al tratarse de empleados que tratan con gente mayor, los índices son más elevados», explica la psicóloga de este centro sanitario del Consell Insular.

El perfil del empleado que padece el «Síndrome de Burnot» en Cas Serres es, según el estudio, una mujer, de 38'2 años, casada con hijos y que posee estudios secundarios o superiores. La media de años que lleva trabajando en esta profesión es de 13'3. Asimismo, ha pasado 11'8 ejerciendo en el mismo centro, según el informe. Entre los síntomas que evidencias la aparición del síndrome del trabajador quemado destacan el cansancio emocional, la despersonalización y los sentimientos de escasa realización personal. Todo esto acaba por provocar una degradación en el trato con los pacientes, por lo que, en muchos casos, es mejor apartar al empleado de su puesto tras concederle una baja laboral, como explica Ferrer.