El Consell Insular y el Ayuntamiento de Eivissa emitieron ayer su
postura con respecto al proyecto de Botafoc, eligiendo la
alternativa de construir un dique discontinuo o escollera «que
soluciona los problemas de agitación de las aguas interiores y de
descarga de combustible, a la vez que supone un menor impacto
visual y ambiental que el proyecto original de la Autoritat
Portuària», según señalaron ayer los respectivos regidores de ambas
instituciones, Pilar Costa y Xico Tarrés.
Así, el dique original se convierte en una escollera separada
visualmente del faro, que tendrá unos cinco metros de alto (frente
a los siete del dique). Los barcos podrán descargar el combustible
en este muelle, que llegará al puerto por medio de oleoductos. La
escollera estará asentada sobre bloques o cajones discontinuos, lo
que significa que el agua podrá correr bajo la construcción y
oxigenar las praderas de posidonia de la zona. Al no haber conexión
directa con el faro, se elimina la carretera proyectada por la
Autoritat Portuària, que queda reducida al acondicionamiento de un
vial de acceso, además de hacer un paseo y un carril bici.
La opción elegida es una variante de una de las alternativas
propuestas en el informe encargado a Barcelona Regional (la A2)
pero elimina la ampliación del puerto de Marina Botafoch para el
atraque de grandes cruceros, aunque el alcalde cree que este tipo
de buques podrían atracar en la escollera en caso necesario.
La decisión no está totalmente cerrada ya que han encargado un
informe a la Conselleria d'Interior del Govern para que compruebe
si esta opción cumple los objetivos de seguridad.
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