DANI BAGUR Balears no se ha quedado atrás en la «fiebre» de aerolitos que supuestamente están cayendo en territorio español. A la casi veintena que se habían contabilizado en los últimos días ha habido que sumar otra tanda de número similar registrado sólo en las última horas dentro de distintos puntos de la geografía nacional. Entre éstos último, se han registrado los dos caídos respectivamente en Formentera y Maó.

El aerolito supuestamente «llegado» a Formentera cayó en el párking del restaurante «Gente Joven», en la Mola. Su peso aproximado es de kilo y medio. Un poco menos que el que se ha encontrado en una zona urbana de la ciudad menorquina de Maó. El Ayuntamiento de Formentera ya se ha hecho cargo del aerolito formenterés y lo tiene requisado en las dependencias municipales a la espera de que se trasladen a la isla, como está ocurriendo en todos los lugares de España, entre el excepticismo ya evidente de distintos sectores, expertos del Centro Superior de Investigaciones Científicas para que se hagan cargo de la pieza para su posterior análisis.

El bloque de hielo de Maó cayó unos minutos antes de las siete de la mañana. Dos empleados que trabajan en una edificio en construcción en la confluencia de las avenidas Vives Llull y Menorca escucharon un fuerte ruido de «algo que caía muy cerca de nosotros, a unos tres metros». Uno de ellos, al no saber exactamente lo que estaba ocurriendo, se refugió en su coche. El otro, al darse cuenta de qué era lo que había estado a punto de caerles encima, lo recogió en una bolsa de plástico. Fue entonces cuando se puso en contacto con la policía municipal para informarles de lo ocurrido.

La policía se personó en cuestión de minutos y se «llevó el aerolito al laboratorio Munditest para que procedieran a su análisis», según el jefe de la Policía Local de Maó, Rafael Le-Senne. A continuación se dio parte del hecho al CSIC, que rcogió el aerolito a mediodía. Según datos de Munditest, el aerolito pesaba 1'913 kilos, y tenía el volumen de un balón de baloncesto. Su textura no presagiaba ningún hecho extraño, más bien parecía hielo común. Esta hipótesis, la de una broma, «es precisamente la que estamos intentando descartar en primera instancia, aunque no será hasta mañana "por hoy" cuando tengamos los resultados del análisis, ya que están primero descongelando un pequeño fragmento lentamente para que no sufra ninguna alteración», aseguró el teniente de alcalde del ayuntamiento de Maó, Ernesto Ribalaiga.