Balears no se ha quedado atrás en la «fiebre» de aerolitos que
supuestamente están cayendo en territorio español. A la casi
veintena que se habían contabilizado en los últimos días ha habido
que sumar otra tanda de número similar registrado sólo en las
última horas dentro de distintos puntos de la geografía nacional.
Entre éstos último, se han registrado los dos caídos
respectivamente en Formentera y Maó.
El aerolito supuestamente «llegado» a Formentera cayó en el
párking del restaurante «Gente Joven», en la Mola. Su peso
aproximado es de kilo y medio. Un poco menos que el que se ha
encontrado en una zona urbana de la ciudad menorquina de Maó. El
Ayuntamiento de Formentera ya se ha hecho cargo del aerolito
formenterés y lo tiene requisado en las dependencias municipales a
la espera de que se trasladen a la isla, como está ocurriendo en
todos los lugares de España, entre el excepticismo ya evidente de
distintos sectores, expertos del Centro Superior de Investigaciones
Científicas para que se hagan cargo de la pieza para su posterior
análisis.
El bloque de hielo de Maó cayó unos minutos antes de las siete
de la mañana. Dos empleados que trabajan en una edificio en
construcción en la confluencia de las avenidas Vives Llull y
Menorca escucharon un fuerte ruido de «algo que caía muy cerca de
nosotros, a unos tres metros». Uno de ellos, al no saber
exactamente lo que estaba ocurriendo, se refugió en su coche. El
otro, al darse cuenta de qué era lo que había estado a punto de
caerles encima, lo recogió en una bolsa de plástico. Fue entonces
cuando se puso en contacto con la policía municipal para
informarles de lo ocurrido.
La policía se personó en cuestión de minutos y se «llevó el
aerolito al laboratorio Munditest para que procedieran a su
análisis», según el jefe de la Policía Local de Maó, Rafael
Le-Senne. A continuación se dio parte del hecho al CSIC, que rcogió
el aerolito a mediodía. Según datos de Munditest, el aerolito
pesaba 1'913 kilos, y tenía el volumen de un balón de baloncesto.
Su textura no presagiaba ningún hecho extraño, más bien parecía
hielo común. Esta hipótesis, la de una broma, «es precisamente la
que estamos intentando descartar en primera instancia, aunque no
será hasta mañana "por hoy" cuando tengamos los resultados del
análisis, ya que están primero descongelando un pequeño fragmento
lentamente para que no sufra ninguna alteración», aseguró el
teniente de alcalde del ayuntamiento de Maó, Ernesto Ribalaiga.
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