Limpieza, cuidados, tiempo y cariño son las premisas del cuidado de las especies. Foto: MARINA MART

Sant Antoni acoge desde ayer y hasta el lunes una exposición en la que cada una de sus 287 piezas significa una vida. Más de dos centenares de pájaros se agrupan en los locales de la antigua cooperativa gracias al empeño de un hombre, Vicente Bonet y al respaldo de una agrupación, la Sociedad Cultural y Deportiva de Eivissa y Formentera. Cerca de 20 particulares han contribuido para que este esfuerzo se materialice como una actividad más dentro del programa de fiestas.

Es ya la tercera ocasión en la que se acude, aunque todavía están lejos de la decena de veces que han estado en Eivissa. La entidad creada hace poco más de una década y que en la actualidad cuenta con 180 socios, realiza periódicamente diferentes muestras con el fin de dar conocer un hobby en el que la inversión de tiempo y el cariño van parejos. Gorriones del Japón, diamantes barberos o parejas de Goul, entre otras gamas, se combinan en esta exhibición en la que existe una historia tras los barrotes.

Hay numerosas premisas a la hora de valorar al animal, desde la medida de las uñas (las largas o rotas se consideran un defecto) al color de los plumajes, pasando por un duro aprendizaje en el que se le enseña a comportarse y adquirir la denominada «nobleza». En este sentido, el presidente de la institución, Castillo desvelaba algunos secretos: «es un mes continuo de preparación.