El sector turístico suele puntualizar que la desestacionalización debe ser entendida como la posibilidad de que la temporada empiece unas semanas antes y concluya un poco después de lo habitual. Y esto no debe confundirse con conseguir que, de un año para otro, la isla se llene de turistas en noviembre y diciembre.

Las cifras de ocupación hotelera del último trimestre de 1999 demuestran que las Pitiüses todavía están muy lejos de conseguir buenos resultados en estas fechas. Y por si esto fuera poco, las estadísticas también demuestran que los últimos meses el año que acaba de terminar no han sido mejores a los del ejercicio 1998.

Octubre es la excepción, porque en este caso sí que se está dejando notar la desestacionalización. Los turistas ya no dejan la isla a finales de agosto como ocurría hace 25 años, ni siquiera en septiembre. Muchos turoperadores han sabido sacar provecho a un mes en el que las temperaturas todavía son agradables y Eivissa ofrece muchos encantos. En 1999, los hoteles abiertos en esas fechas representaban el 87'8 por ciento de las plazas totales de las que dispone la isla (83'6 un año antes). Estaban ocupadas el 61'2 por ciento de dichas plazas (frente al 59'4 de 1998). En noviembre empezó una gran cuesta abajo; sólo el 8 por ciento de las camas estuvieron disponibles para los turistas y, de éstas, sólo se ocuparon el 60 por ciento. Las cifras de un año antes eran similares: 6'1 por ciento de plazas y 76'2 por ciento de ocupadas.