Eivissa tratará de fomentar en la World Travel Market (WTM) de Londres que se inaugura hoy el turismo de invierno en un país, Gran Bretaña, que hasta ahora sólo conoce de la isla su oferta de sol y playa y muy especialmente de música y discotecas. Fomento del Turismo dedica el espacio del stand de Balears de Eivissa a «insistir en la desestacionalización, para mostrar que somos un destino con otras posibilidades», explica Jorge Alonso, gerente de este organismo.

Alonso reconoce que es «muy difícil» que el mercado británico responda con la misma facilidad que el alemán a este tipo de oferta, pero no lo considera imposible: «En Inglaterra, de hecho, también existe este tipo de demanda, la de la gente que busca un destino de calidad», comenta. «Es muy difícil, pero cuando se den cuenta de lo que Eivissa ofrece, esto puede empezar a calar», añade.

En cualquier caso, Alonso no oculta que el tipo de turista que se busca ahora es completamente distinto del que viene en verano y que constituye, por otra parte, una fiel clientela para la temporada alta.

La WTM es la feria turística más importante del mundo y las autoridades turísticas no van a escatimar esfuerzos para dar a conocer allí lo que ofrece Balears. Eivissa también promocionará su lado más cultural utilizando el reclamo de la candidatura a bien Patrimonio de la Humanidad que en pocas semanas analizará definitivamente la Unesco.

El Consell dará un 'toque' de atención a los turoperadores
El Consell Insular de Eivissa i Formentera estará perfectamente representado en la WTM, puesto que su propia presidenta, Pilar Costa, acudirá al evento acompañada por el conseller de Turisme, Josep Marí Ribas. La institución reconoce la importancia que tiene este mercado para la isla, que constituye prácticamente la mitad del total de personas que la visitan.

Sin embargo, Marí Ribas tiene intención de dejar claro a los turoperadores «que hay una parte del mercado que no nos tiene nada contentos». El conseller opina que «hay que ser valiente» a la hora de abordar este problema y decir claramente que las instituciones quieren más respeto hacia la isla. «Queremos que este turismo sea compatible con el turismo familiar», dice Marí Ribas, que no quiere ver a Eivissa convertida «en el tren de cola de Europa».