Hay características que marcan la propia geografía o la genética, con enfermedades propias del área mediterránea: las talasemias (una alteración genética hemática similar a una anemia) o la fiebre mediterránea. Tenemos una cultura y unos costumbres que nos diferencian del resto de otras comunidades: hábitos alimentarios o unas costumbres de vida que nos permite beneficiarnos del sol o de las influencias del yodo por el agua del mar. Estan han sido las principales razones por las que se ha elegido Eivissa como sede del I Congreso de la Medicina General Mediterránea, que ha reunido a 140 especialistas de medicina general del 28 al 30 de octubre. La idea surgió durante un congreso en Zaragoza donde las sociedades de las comunidades del Arco del Mediterráneo defendieron la idea de «aglutinar todas las actuaciones para poder desarrollar una mejor visión de las necesidades médicas de las comunidades», explica el organizador Miguel Angel Marco, presidente de la Sociedad Balear de Medicina General.

Al margen de las ponencias, las mesas redondas y los talleres prácticos, el congreso cuenta con la presencia de 16 empresas farmaceúticas que realizan una colaboración científica. Entre las actividades realizadas en la jornada de ayer figura una mesa redonda que versó sobre el «Sistema sanitario en los diferentes estados y autonomías de nuestro entorno», que contó con la asistencia del director gerente de Atención Primaria en Balears, Josep Corcoll, el director gerente del Servicio Aragonés de Salud, Alfonso Vicente, y el subdirector del Servei Català de la Salut,Salvador Doll. El doctor José Luis Marco, coordinador de un centro de salud en sa Pobla, destacó, además, que estas reuniones permiten realizar unas jornadas de convicencia y comunicación entre los propios médicos y sus familias. «Se estrecha mucho la comunicación, ya que uno de los factores que perjudica a la medicina es la poca comunicación entre todos los niveles».