La reparación de la planta depuradora de aguas de Eivissa, que sufrió una avería el pasado jueves por la mañana, se prolongó hasta la tarde de ayer.
Este pequeño retraso sobre el plazo de 24 horas que marcó la empresa encargada -Ibasan- «no se debió a que se presentasen dificultades, sino a las propias características del trabajo», según señaló ayer el gerente de Ibasan, Juan Mateo Horrach. Los técnicos repararon la junta que conecta el centro de saneamiento con el emisor terrestre, que había sufrido una fisura. Aunque el dado donde debía instalarse la tubería estaba terminado por la mañana, Horrach señaló que «hubo que esperar a que fraguase el cemento para finalizar la reparación correctamente, de forma que no se presenten roturas o fisuras en un futuro». La gerencia explicó ayer que los vertidos de aguas de la depuradora al torrente que desemboca en el puerto de Ibiza Nueva fueron mínimos. La mayor parte del caudal de la planta saneadora fue desviado al campo de golf de Roca Llisa, con el fin de regar los terrenos.

El gerente de Ibasan se encargó de supervisar los trabajos personalmente.
Las aguas vertidas al mar ya habían sido tratadas previamente en la depuradora por lo que su aspecto era transparente. Los responsables del centro se aseguraron de que el líquido fuese tratado previamente con cloro para desinfectarlo completamente y no provocar molestias a los ciudadanos. El único signo externo del vertido fue un aumento del caudal del torrente por el que se encauzaron las aguas de la planta depuradora.