Las carreteras de Formentera no están preparadas para soportar la
densidad de tráfico de la temporada turística. La red viaria de la
isla se estructura a lo largo de la PM-820, la carretera que une el
puerto de la Savina con la Mola.
La carretera de la Savina a es Pujols, bordeando s'Estany
Pudent; la de Sant Francesc a es Cap de Barbaria con su desvío a
Cala Saona; la de Sant Ferran a es Pujols con el ramal que conduce
a Punta Prima y los desvíos de es Ca Marí a la playa de Migjorn o
es Arenals, así como a Maryland son los únicos tramos asfaltados de
la isla, además de una parte del Camí Vella de la Mola. La mayoría,
sin embargo, precisan intervenciones urgentes.
La carretera que bordea a s'Estany Pudent y que conduce a las
playas de Illetes, Llevant y es Pujols precisa una urgente
reparación en su firme ya que éste se encuentra sumamente bacheado
debido al intenso tráfico que a diario soporta.
De es Pujols a Sant Ferran, apenas un par de kilómetros, también
hay problemas. La carretera es excesivamente estrecha, carece de
carril bici y por ser una de las más utilizadas por peatones,
ciclistas, motoristas y vehículos de mayor tonelaje se convierte en
una vía potencialmente muy peligrosa. A su vez el ramal a Punta
Prima tiene todavía más baches.
El mal estado en general de las carreteras es una de las causas
inequívocas de que en la isla haya un buen número de accidentes. A
ello hay que sumar los riesgos que toman los conductores,
especialmente turistas que viajan tres en una moto, circulan sin
casco o cometen todo tipo de imprudencias en los desplazamientos. A
diario, son muchas las personas que tienen que ser atendidas en el
centro de salud, sobre todo motoristas que han caído y se han
dejado literalmente la piel en el asfalto, un asfalto que a manera
de tatuaje llevan incrustado en su propia carne.
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