El hijo del escritor y diplomático José Luis de Vilallonga, Fabrizio, contrajo matrimonio ayer con Lucía Montojo en la Torre d'en Rovira, en Sant Josep. El enlace fue uno de los más polémicos de cuantos se han celebrado en los últimos años, debido a la negativa de Fabrizio de invitar a Syliane, su madre.

Desde hace meses, todas las televisiones y las revistas del corazón han criticando la actitud del novio, puesto Syliane es su madre natural, mientras que Vilallonga es su padrastro. La madre de Fabrizio mostró "en una entrevista concedida a este periódico" su desazón por no poder asistir a la boda de su hijo. De hecho, lloró al leer las declaraciones que su hijo hizo a la revista «Hola».

Al margen de todo, la boda de ayer dio mucho más que hablar. Se puede comenzar comentando la indumentaria de todos los invitados a la boda, puesto que la de ayer fue, o trató de ser, una boda hippy. Los más de 100 asistentes escogieron, en una inmensa mayoría, pareos y camisas de colores claros. Quizá el más guapo fue el novio, que se calzó una camisa blanca y un trozo de tela morado. La novia, que llegó conduciendo su propio coche, lució un vestido blanco "de la tienda Pandora" rescatado de la moda Adlib. En su cuello colgaba un collar de formas irregulares coronado por una piedra. El pelo, lo llevó recogido y atravesado con flores. El novio llegó a la torre "propiedad de la familia de ella" en una embarcación.