Santiago Camarero lleva veinte años pronunciando la frase «No correr» y hasta finales de la temporada estival como coordinador des Raspallar probablemente esta voz saldrá de su boca más de una vez para alertar a los quinientos niños que pasarán semanalmente por las piscinas del polideportivo sobre el peligro de deslizarse en el bordillo mojado.
Las escuelas de verano de Eivissa, Sant Antoni y Sant Josep, han sido las primeras en disfrutar de las impresionantes instalaciones inauguradas el pasado 26 de junio y lo han hecho a lo grande. Juegos de iniciación, tubos de colores con los que practicar estilos aún por definir o adaptación al medio son algunas de las actividades que han realizado durante la mañana de ayer, situación que ha servido como experiencia piloto para los veinticinco trabajadores del complejo.
Cristina y Tiziana apenas suman 11 primaveras entre las dos. Ambas conviven junto a sus compañeros todas las mañanas de estío en Can Misses donde entre talleres plásticos y repasos escolares «tenemos un poco de calor», señala la menor. Hoy los profesores se han decantado por que aprendan de un modo diferente, más fresquito: bajo el agua. Desde los tres años hasta los doce todos están invitados a participar de un completo programa que alternará las iniciativas municipales en horarios alternos para cada localidad. A finales de mes tendrán que combinarse con los usuarios quienes a partir del 20 de julio podrán formalizar sus inscripciones en el propio recinto.
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