El pasado domingo, 18 aficionados a las motos de agua se reunieron frente al Club Náutico de Ibiza para participar en la que fue la primera concentración de estas embarcaciones que se realiza en la isla. La iniciativa partió de la empresa Ibiza Náutica, que se dedica a comercializar estas máquinas y que, como explica Luis, uno de los responsables, tiene la intención de dar una periodicidad anual al evento.
La salida se tomó a las 12 de la mañana, poco más de seis horas después todos estaban de vuelta en el punto de partida. Atrás quedaban el Club Med, la Sal Rossa, los acantilados de es Cavallet, es Freus "la zona más dura del recorrido debido a las corrientes que lo atraviesan" y hasta la monumental paella que se comieron en el restaurante Guaraná de ses Salines. «No se trataba de una competición, sino de reunirnos todos y disfrutar», explica Luis. Tanto es así, que los que portaban las motos más potentes bajaban el gas para esperar a los más rezagados cuando tomaban demasiada ventaja. Lo importante era llegar todos.
Sin embargo, una vez concluido el reto de organizar esta primera concentración aparecen otros nuevos. El más espectacular es el de batir el récord de la travesía entre Eivissa y Denia.
Según explica Luis, la marca puede quedar "no sin algunos esfuerzos" por debajo de las dos horas, es decir, casi cuatro horas menos de lo que tardan las embarcaciones de línea regular que operan en este trayecto.
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