Este proyecto ha generado cierta inquietud entre los empresarios de la Savina. El presidente de la Asociación de Usuarios de Náutica, Toni Juan, de Náutica Pins, admitió en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera que existe cierta preocupación por cómo afectará a las empresas y comercios ubicados en la Savina esta remodelación. Sin embargo, Juan tiene claro que la reordenación es «muy necesaria», aunque ha apuntado que ha de llevarse a cabo «de manera coherente y dando un trato adecuado a la isla».
Toni Juan apeló a la necesidad de que la remodelación de la Savina se lleve a cabo «con consenso» y sin dar la espalda a Formentera. «Debería adaptarse a lo que quiero la sociedad civil de la isla», ha señalado. También ha indicado que ahora «el puerto está muerto» y ha lamentado que las dos marinas existentes tengan unos precios «carísimos», aunque ha recordado que estos vienen determinados por la propia APB.
Juan también señaló que los formentenses quieren que La Savina acoja, entre otros servicios, un club náutico y amarres sociales, combinado con espacios para los barcos de alquiler y los de tránsito. En su opinión, la construcción de una sola marina «puede dar mucho juego». Además, según añadió, «hace más de 20 años se hacía así y la APB con Gual de Torrella ya se planteó recuperarlo». «No sería nada nuevo», según explicó, «no tiene por qué ser una hecatombe. Hay que ver, eso sí, los cánones, los alquileres, tiene que haber unas tarifas pactadas». Y es que los empresarios de la Savina temen que un futuro concesionario pueda tener vía libre para imponer nuevos precios de alquileres y servicios, pudiendo dar al traste con algunas de estas empresas. «Está claro que no hay nada gratis», concluyó Toni Juan, «pero el precio ha de ser acorde con lo que es la isla porque esto no es ni Marina Botafoch ni Ibiza Nueva. Se está minando el tejido comercial de la Savina porque los comercios no pueden pagar los precios de alquiler de los locales. Un metro cuadrado se está pagando a razón de 1.000 euros. Los políticos son los que tienen que dejarse la piel para que esto cambie».
Una visión muy diferente tiene Aurelio López, propietario de Isla Azul Formentera. López precisó que su empresa de charter paga unos 200.000 euros anuales por el uso de 13 amarres. Su temor ahora es que, si se hace una sola marina y hay un solo concesionario, este pueda imponer precios aún más elevados en base a las inversiones que tendrá que realizar en el puerto a cambio de la concesión.
López, además, cree que en la remodelación de la Savina «no se está entrando en el debate real de los usos del puerto». «No se sabe qué pasará con los barcos de lista sexta y no se habla de los amarres de puerto base o de los transeúntes», según precisó, «si la APB no hace unos pliegos de condiciones que regulen los precios, las preferencias, etc, todo quedará a la buena voluntad del concesionario. Y no puedes dejar todo en esa buena voluntad y pensando en si el concesionario será o no una buena persona. Ha de estar regulado en los pliegos. Los que tienen grandes proyectos no quieren regulación pero es necesario. En el puerto de Ibiza, tú tienes opciones para elegir pero aquí, si hay un solo concesionario, no habrá más opciones que esa. Puedes estar un poco a los pies de los caballos porque ese concesionario podrá hacer lo que quiera», según concluyó.
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