Montaje de uno de los nuevos establecimientos de playa de Formentera.

Los responsables de los nuevos quioscos de playa en la isla de Formentera trabajan a contrarreloj para poder abrir cuanto antes. Un hecho sorprendente si se tiene en cuenta que la temporada comenzó hace varios meses, habiéndose superado el ecuador del verano.

Situado en la playa de Migjorn, el responsable de Amagatai cree que su apertura es «cuestión de días» y reconoce que «ha sido una carrera a toda velocidad, incluso la propia construcción del quiosco».
Su intención es abrir cuanto antes, «aunque está siendo complicado montar en tan poco tiempo». «Uno aprieta para que los industriales vengan a trabajar, pero al final son instalaciones pequeñas y no pueden estar todos a la vez porque se molestan más de lo que se ayudan. Ha sido conflictivo, caro y difícil», lamenta.

Según este empresario, han sido dos años de lucha para conseguir la concesión y, cuando ésta llegó en una fecha que no tocaba, «ya no podíamos decir que no». «Empezaremos. Será un año complicado porque abrir un negocio así desde cero, sin apenas rodaje, no resulta fácil», insiste.

Otro problema añadido ha sido encontrar personal «porque no es lo mismo contratar para toda la temporada que únicamente ofrecer un empleo para media. Han sido todo dificultades, pero ya vemos la luz al final del túnel».

El empresario gestionará el quiosco durante seis años, más otros dos prorrogables.

Desde el Consell de Formentera señalaron ayer que la apertura de los quioscos dependerá de cuándo finalice su instalación. En cuanto se complete el montaje, los espacios podrán ir abriendo para iniciar la temporada, manifestaron fuentes de la institución.

Cabe recordar que no fue hasta finales de abril cuando una Junta de Gobierno extraordinaria aprobó la propuesta de la mesa de contratación del Consell de Formentera para adjudicar siete quioscos de playa. El presidente Llorenç Córdoba, quien pretendía que el concurso quedara desierto, no participó en el procedimiento tras serias discrepancias con quienes entonces formaban parte de su equipo de gobierno insular.

Al mismo tiempo, los antiguos concesionarios de estos chiringuitos -un colectivo formado por seis empresarios- habían solicitado al Consell que desistiera del proceso para adjudicar el contrato de explotación de las instalaciones debido a «infracciones no subsanables en las reglas del procedimiento de adjudicación».

Estos empresarios llegaron a presentar un recurso judicial, manifestando ayer que, finalmente, «se ha demostrado que no era verdad aquello de que se podían montar los quioscos en un mes». El recurso ha sido admitido a trámite, según puntualizaron desde el colectivo.