El presidente Llorenç Córdoba, en una imagen de archivo atendiendo a los medios de comunicación. | R.I.

En la habitualmente aburrida política insular, la crisis de Formentera se ha convertido, como dice el socialista Rafa Ramírez, en «una antología del disparate» que debería plasmarse en un manual sobre lo que nunca debe hacerse en política. El pleno celebrado este jueves en la institución ha puesto de manifiesto la inviabilidad de la pretensión del presidente, Llorenç Córdoba, de mantenerse al frente del Consell con un solo conseller, Artal Mayans. Y también que está dispuesto a retorcer la legislación vigente para evitar al precio que sea su dimisión. Emulando al venezolano Hugo Chávez, Córdoba ha llegado a asegurar que, si hace falta, grabará semanalmente un programa en YouTube, Aló, presidente, para informar a los ciudadanos de su gestión. Los plenos formenterenses tienen una duración media de cinco horas. Los programas de Chávez superaban las seis.

Alejado de la realidad

Más allá de la anécdota, Córdoba ha optado en esta sesión por culpar a todos de su situación. Y es que ninguno de los grupos está dispuesto a ceder consellers para formar una nueva Junta de Gobierno que permita al Consell seguir adelante con Córdoba al frente. En esta ocasión, ha sido el socialista Rafa Ramírez el que ha puesto los puntos sobre las íes a un Córdoba cada vez más alejado de su propia realidad como presidente insular. Ramírez le ha advertido de que está «en tiempo de descuento» y le ha afeado su pretensión de mantenerse en el sillón a costa de los intereses del Consell y de los residentes en Formentera.

En un debate que Córdoba ha calificado como propio de una moción de censura, Ramírez ha acusado al presidente de «victimizarse cuando es el verdugo». Y ha subrayado la gravedad de que esté dispuesto a «cambiar todas las normas» para mantenerse «en el sillón». Todo ello a pesar de que Córdoba se ha escudado en la «gobernabilidad» para justificar el encargo al secretario de unas nuevas disposiciones que le permitan seguir al frente con un gobierno formado únicamente por Artal Mayans.

El socialista ha asegurado que Córdoba ha «secuestrado» tanto al Consell como a la oposición. «Si hace un Aló, presidente», ha comentado Rafa Ramírez, «veré el primero, pero será el último».

Todas las competencias

Esperpéntico también ha sido el momento en el que Córdoba, susurrando, ha respondido, dirigiéndose a Ramírez y a preguntas de la consellera del PSOE, Anna Juan, sobre las cuestiones que dejó sin contestar el anterior equipo de Gobierno. Lo mismo ha sucedido cuando el presidente ha culpado a los anteriores consellers de Sa Unió de no haberle pasado información sobre las consellerias que ahora gestiona tras sus dimisiones. Y es que no se puede obviar que Córdoba tiene ya en sus manos el control de prácticamente todas las competencias del Consell: sector primario y litoral, promoción económica, administración insular, movilidad, gestión ambiental, territorio, infraestructuras, educación, cultura, participación, seguridad ciudadana, bienestar social, actividad física y deportes, juventud, igualdad y mayores. Artal Mayans, por su parte, gestiona Turismo, Nuevas Tecnologías y Vivienda. «Soy una personeta», ha dicho en un momento del pleno, «no soy Superman».

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Todos han dejado claro a Córdoba que no están dispuestos a gobernar con él. Pero el más contundente en este sentido ha sido Rafa Ramírez: «No gobernaremos con usted. A partir de ahora nos ponemos en marcha». Una amenaza relativa a la moción de censura que negocian los socialistas con GxF y Compromís y que Córdoba ha calificado de «órdago» que no piensan cumplir.

Pleno «delirante y surrealista»

«Este pleno de hoy es delirium tremens», ha dicho, por su parte, la portavoz de GxF, Alejandra Ferrer. La consellera ha sido también muy dura en sus críticas hacia Córdoba y ha puesto en evidencia a Córdoba al señalar que «solo hace de hombre bueno y no tiene la culpa de nada». Ferrer ha calificado la situación de «surrealista» y le ha recordado a Córdoba que, para pedir una moción de censura, «basta tener los números, no hace falta un gran apoyo».

Alejandra Ferrer ha afirmado que Córdoba «solo pide lo que es bueno» para él mismo. Y ha insistido en que nadie confía ya en Llorenç Córdoba en Formentera. «¿No cree que hay una mayoría suficiente como para hacer un pensamiento de que se está quedando solo?», ha preguntado al aún presidente.

El presidente, finalmente, ha demostrado que no tiene ningún control sobre la gestión del Consell, pues no ha podido responder a preguntas básicas de la oposición como los motivos por los que está cerrada la cafetería de un centro deportivo o cuándo y cómo se entregarán los reconocimientos honoríficos a ciudadanos de la isla. Córdoba se ha escudado en todo momento en que no tiene información de las consellerias porque no ha recibido la información de los anteriores responsables, ha retado a la oposición en numerosas ocasiones a que presenten la moción de censura y ha insistido en que no tiene motivos para dimitir cuando, ha añadido, cuenta con el apoyo del personal del Consell y de los ciudadanos.