Sa Unió, GxF y PSOE votan a favor de que el Consell pida la dimisión de Le Senne

«Es una ley aprobada por consenso», ha señalado el socialista, quien también ha asegurado que «hay nostálgicos» del fascismo, metiendo en esta categoría a Le Senne. «Hoy es complicado desprenderse de ese tufillo», ha añadido, «aunque hoy hay una derecha democrática a la que yo respeto. Lo que hizo Le Senne es un gesto fascista de imponer criterios».

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Muy discutido ha sido el apoyo del presidente insular, Llorenç Córdoba, a la propuesta del PSIB. Y es que, a la hora de votar en el Parlament, Córdoba optó por la abstención. Algo que ha justificado apelando al clima de crispación que se vivió ese día dentro y fuera de la Cámara autonómica. Según el relato de Córdoba, el enfrentamiento tuvo lugar entre diputados pero también en el exterior del Parlament, donde ha asegurado que hubo gritos, insultos y hasta escupitajos. Por este motivo, Córdoba prefirió abstenerse como forma de demostrar su rechazo a la agresividad que había causado la propuesta.

Por parte de Sa Unió, el portavoz de la coalición, José Alcaraz, ha señalado que es necesario dejar de utilizar el término «fascista» tan ligeramente como se hace hoy en día. Alcaraz ha subrayado que todos conocen «lo que hizo el fascismo» y ha recordado que uno de sus bisabuelos fue fusilado por fascistas, mientras que su abuelo por la otra rama formaba parte de los sublevados. «Creía que la España de hoy había superado esto», ha lamentado Alcaraz, «no podemos volver a este enfrentamiento. Un presidente del Parlament no puede actuar así y no está a la altura del cargo que ostenta. Ha de dar un paso atrás y, si no lo hace, habrá que forzarlo».

GxF, por su parte, ha afeado a Córdoba haberse abstenido en la votación parlamentaria pues, según ha señalado Alejandra Ferrer, la postura general entre los formenterenses es la de defender la Ley de Memoria Democrática. «Su actitud es absolutamente reprobable», ha dicho la consellera al todavía presidente insular. A estas palabras ha respondido Córdoba asegurando que él no puede «saber lo que quiere el pueblo de Formentera en cada punto especial».