Imagen de archivo de un pleno en el Consell de Formentera, cuando Alcaraz y Castelló aún se sentaban al lado de Córdoba.

El presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, no participará en la decisión de la Junta de Gobierno insular sobre la propuesta de adjudicación de los quioscos de playa formulada por la mesa de contratación. Aunque Córdoba ha asegurado que su decisión no tiene nada que ver con la recusación formulada por los licitadores mejor valorados por la mesa, lo cierto es que su renuncia se produce horas después de darse a conocer las graves denuncias de estos empresarios contra él mismo y contra la letrada de Recursos Humanos, Teresa Ferrer.

Con su decisión, Córdoba consigue básicamente dos cosas. Por un lado, no tener que explicar ante el Pleno de la institución, en la que todos los consellers exigen su dimisión, las denuncias de los licitadores. Y, por otro, evita la acción de la Justicia ante unos licitadores que, en su escrito de recusación, dejan claro que recurrirán a los tribunales si no se aparta del expediente y mantiene su decisión de declarar desierto el concurso. Córdoba mata así dos pájaros de un tiro y alarga un poco más su permanencia al frente de una institución, el Consell de Formentera, en la que a día de hoy no tiene el apoyo ni de los consellers del Gobierno, ni de la oposición, ni de muchos de los trabajadores de la misma.

Según ha podido saber Periódico de Ibiza y Formentera, los consellers recibirán en el pleno ordinario que se celebra hoy la información de la decisión pero no podrán discutir sobre la misma y únicamente tendrán la posibilidad de darse por enterados.

Con su renuncia, serán los cuatro consellers de Sa Unió que forman la Junta de Gobierno los que tomen una decisión definitiva sobre este controvertido concurso. El puesto de Córdoba lo ocupará en la Junta de Gobierno la vicepresidenta primera del Consell, Verónica Castelló. La decisión sobre el concurso, según fuentes consultadas por este periódico, podría salir adelante esta misma semana pues la coalición defiende que ha de aprobarse la propuesta de la mesa de contratación en los términos en los que está formulada. Una posibilidad que lleva a que muchos se pregunten en estos momentos por qué Córdoba ha llevado este concurso a una situación de bloqueo para, ahora, retirarse y facilitar que se apruebe la adjudicación.

El presidente, por su parte, ha explicado que su renuncia no tiene nada que ver con la recusación de los licitadores. «El motivo de la recusación no lo voy a aceptar», ha afirmado, «porque no tiene ni pies ni cabeza. Es realmente absurdo». «Lo que sí voy a hacer», ha añadido, «es que no me voy a oponer a apartarme del asunto de esta elección. Ya se ha hablado mucho de este tema. Se hizo un Pleno específico para esto». Y ha insistido en que su intención de declarar desierto el concurso solo ha obedecido a «unos motivos de seguir la legalidad y la transparencia».

Córdoba afirmó que su retirada obedece a que este gesto es lo «único» que puede hacer ahora «para ayudar». «Todo lo demás sería crear más polémica, hacer un debate estéril otra vez en el Pleno», ha señalado, «ni la gente, ni el resto de consellers, ni yo nos merecemos volver a pasar por esto».

Declaraciones a las que ha añadido que no acepta la recusación de los licitadores, a pesar de apartarse del concurso, tal y como estos le han exigido.