Imagen del yate ‘Irmao’ en llamas, antes de ser hundido.

Capitanía Marítima confirmó este viernes que en la zona de Formentera donde se hundió la pasada semana el yate Irmao no se ha detectado contaminación. Residentes en la isla habían remitido a este rotativo varias quejas asegurando que en ese punto exacto podían verse manchas de combustible, percibiéndose además un fuerte olor a gasoil. A este respecto, estos ciudadanos expresaban en sus mensajes cierta preocupación, deseando que el yate sea reflotado para evitar problemas futuros.

Desde Capitanía Marítima, Luis Gascón recordó ayer que, cuando sucede un incidente de estas características, siempre se adoptan acciones de prevención mientras se estudia la viabilidad de reflotar el barco. «De momento parece muy complicado porque está a una gran profundidad. El yate ardió completamente y el combustible se consumió. Por tanto, no existe contaminación. Vamos a seguir la situación y vamos a ver cómo evoluciona», explicó.

A comienzos de semana, el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, afirmó que iban a exigir la «inmediata» retirada de la embarcación del fondo del mar, asegurándoles desde Capitanía Marítima que el armador tiene la obligación de reflotar el barco. En este sentido, Capitanía Marítima puntualizó que dicha obligación existe siempre que sea posible ejecutar esta labor.

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«Tenemos un informe que viene a decir que es muy complicada la operación y que no hay contaminación y, por tanto, estamos valorando si obligar al armador a reflotarlo», insistió.
Desde la Conselleria del Mar del Govern balear informaron a Periódico de Ibiza y Formentera que los depósitos del barco contenían gasoil que se habría dispersado y evaporado tras el hundimiento. También explicaron que Salvamento Marítimo realiza un seguimiento sobre posibles residuos que puedan aparecer, empleando para ello medios aéreos al contar con un avión especializado en la detección de manchas de hidrocarburos en el mar.

En concreto, Salvamento Marítimo destacó que el pasado lunes el avión Sasemar 305 realizó un reconocimiento aéreo y no localizó contaminación en la zona del hundimiento de la embarcación Irmao.
Desde el Ejecutivo balear también reconocieron ayer las dificultades para reflotar el yate «porque está a mucha profundidad». En este sentido, explicaron que el responsable es la propiedad, que ya estaría hablando con las aseguradoras para comprobar la viabilidad de los trabajos.

El pasado sábado, las llamas arrasaron por completo el yate Irmao, de 27 metros de eslora, que se encontraba fondeado en la zona de Es Cavall d'en Borràs con 17 personas a bordo que no sufrieron lesiones. El fuego se extendió en cuestión de minutos por todo el barco, convirtiéndolo en una bola de fuego de la que emanaba una enorme columna de humo que era visible incluso desde Ibiza.

Precisamente, el suceso tuvo lugar al cumplirse un año de otro espectacular incendio en aguas de Formentera. El fuego arrasó entonces el Aria SF, una embarcación de lujo de 45 metros de eslora valorada en 25 millones de euros, propiedad del empresario italiano Paolo Scudieri.