Tampoco el Consell de Formentera considera que esta medida suponga una mejora en cuanto al exceso de idas y venidas de barcos en el entorno del Parque Natural de Ses Salines, que era uno de los objetivos de la misma, según dio a entender el conseller balear de Movilidad, Josep Marí Ribas, cuando anunció la decisión del ente portuario estatal en el pleno autonómico del mes de julio.
«De momento, estas medidas lo único que han conseguido es que dentro del puerto haya menos embarcaciones, pero estas embarcaciones se encuentran haciendo cola a la entrada del puerto, muy cerca de las embarcaciones de recreo, lo que no mejora la situación de seguridad en el Parque Natural y no ha logrado una bajada de frecuencias, incluso empeorando el servicio por las esperas que supone esta entrada al puerto de los pasajeros», criticó este sábado la presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer.
En este sentido, recordó que existía un acuerdo de hace dos años con la APB y las navieras para reducir un 30 % el tráfico comercial entre Ibiza y Formentera. Una reducción de frecuencias que se había ido implementando de forma paulatina hasta el inicio de la pandemia, cuando la actividad cesó de forma abrupta y se redujo muy notablemente el año pasado por la falta de turistas. Para la presidenta del Consell, «la recuperación de frecuencias este año ha sido una sorpresa, con el inicio de actividad de una nueva naviera y la vuelta de estas salidas simultáneas».
El presidente de la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas (Apeam), Rafael Cardona, también denunció este sábado las «aglomeraciones en las bocanas» que está generando la nueva instrucción en la operativa portuaria. «Si no se controla también el tráfico de las embarcaciones de recreo, esta medida no funciona. Cuando sólo controlas una parte del tráfico es harto difícil justificar esas limitaciones; hay que controlarlo en conjunto», precisó Cardona. Se preguntó si la medida «es un tema de seguridad o una medida para reducir las rotaciones» y, si se tratara de lo segundo, instó a la APB a sentarse en una mesa con las empresas afectadas y las administraciones públicas «para tratar el tema con una base jurídica, no como una decisión unilateral de la APB».
Alertó de que una actuación así, con un objetivo distinto al que se ha justificado, podría implicar que «venga un tercero y tumbe todo el trabajo que se ha hecho». Respecto a este tema, la APB celebrará en los próximos días una reunión con las navieras para tratar los pormenores de la instrucción, en la que se podrían plantear propuestas para ajustarla.
Decreto de Transporte
La presidenta del Consell de Formentera reivindicó de nuevo la reducción de frecuencias, algo que explicó que debía fijar el decreto de desarrollo de la Ley de Transporte Marítimo.
Este texto «es el que tiene que garantizar que existan las frecuencias suficientes para ofrecer un buen servicio tanto para la ciudadanía de Formentera como para sus visitantes y establecer los horarios mínimos necesarios para garantizar los trayectos a la isla de Ibiza para poder acceder a diferentes servicios de los que Formentera no dispone», apuntó.
Un decreto que se encuentra en punto muerto actualmente, debido a la complejidad de poner a todas las partes de acuerdo. Según indicaron desde la Conselleria balear de Movilidad, «la normativa de transporte marítimo, que afecta a un tema tan importante como el tráfico entre Ibiza y Formentera, es un tema en el que se está trabajando», sin dar más detalles.
Ocupaciones del 30%
Para Ferrer, tener 160 trayectos diarios con una ocupación del 30% «no tiene sentido si hablamos de necesidades o de calidad del servicio». También se mostró preocupada respecto a la ordenación del litoral, sobre todo por el número de fondeos en la zona de ses Illetes, por donde pasan «más de 2.000 embarcaciones a diario».
Sobre este tema recordó que el Consell de Formentera ya presentó un proyecto de regulación de fondeos que, a día de hoy, se debería actualizar, dado que el exceso de fondeos ya se produce en todo el litoral. La cantidad de fondeos debería abordarse al tiempo que la capacidad de carga de personas en la isla, dado que «una cosa es la parte marítima y otra si disponemos de los servicios suficientes para que estas personas puedan bajar a tierra o donde dejan sus residuos», según concluyó la presidenta Alejandra Ferrer.
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Ocurrencias políticas que se ponen en marcha de un día para otro para intentar reducir las frecuencias por la puerta de atrás y supuestamente "mejorar la seguridad": pues no han hecho ni una cosa, ni otra. Los políticos están para resolver problemas, no para crearlos. Y aquí no dimite nadie. Agustinet es el primer responsable en este caso.