—¿Cómo ha acabado usted llegando a Formentera?
—A raíz de la aparición del Covid, tomé relación con la gestión del Hospital de Can Misses y al conocernos creyeron que podía ser apto para este puesto en Formentera y me invitaron a presentarme a la convocatoria. Así lo hice y finalmente me escogieron..
—El centro hospitalario de Formentera tiene muchas peculiaridades si se compara con otros. ¿Conocía usted esta singularidad?
—Sí, el hospital de Formentera tiene un modelo único en su especie. Eso ofrece muchas oportunidades de sinergia, por su estructura.
—Es un hospital que tiene una amplia cartera de servicios y que además en breve implementará el esperado servicio de hemodiálisis…
—El objetivo es seguir creciendo, viendo las necesidades que tiene la población de Formentera queremos seguir ampliando esa cartera de servicios. Está claro que los residentes de la isla agradecerán que cada vez evitemos más desplazamientos. En breve se incorporan los gestores de casos y en cuanto se pueda la hemodiálisis.
—Recientemente hemos sabido que tienen ustedes un proyecto de diseño para la recuperación de ese servicio, pero ¿en qué punto están exactamente?
—Tenemos que crear una infraestructura y contratar al personal para poder atender a los pacientes de Formentera. Tenemos reservado el capital económico, el proyecto está pendiente de licitar la obra y los tiempos los marcarán estos trámites administrativos y la obra.
—¿En qué fecha calcula que pueda estar operativo?
—No puedo aventurarme a dar una fecha, pero lo que si se, es que este barco ya ha zarpado y todos deseamos que llegue a puerto lo antes posible.
—Dentro de las peculiaridades que mencionábamos de este centro, está el que el servicio del hospital comparte espacio físico con el centro de salud. Aunque son cosas distintas…
—Es fantástico que el centro de salud y el hospital compartan espacio. Ambos servicios pueden crear unas sinergias que benefician la atención al paciente. El médico de atención primaria y el especialista tienen un contacto más directo, a veces incluso en el mismo instante. El modelo de Formentera permite lo que es imposible en otros centros hospitalarios.
—Y otra peculiaridad es que en verano, la isla cuadruplica su población…
—Lógicamente, en verano las urgencias aumentan y cambia también el perfil del paciente. Hay más accidentes de tráfico, y el servicio va mucho más cargado. Esa carga es asumible con el personal que ahora mismo tenemos para atenderla.
—Acaba usted de incorporarse. ¿Cómo le han recibido sus compañeros?
—Desde el minuto cero me he sentido muy arropado por todo el personal del hospital. Me he encontrado con un equipo con un bagaje profesional impresionante y con una calidad humana sensacional. Estoy muy agradecido de cómo me han acogido los compañeros. Otra cosa que estoy haciendo es hablar con los usuarios de forma aleatoria para intentar mejorar nuestros servicios y todo el mundo me está mostrando su amabilidad y ganas de participar. Y, por otra parte, las relaciones con el Consell de Formentera desde el primer momento están siendo de colaboración absoluta.
—Y la isla, ¿qué tal le ha recibido?
—Formentera es un espacio muy cómodo y me siento muy a gusto con sus pequeñas dimensiones y su entorno natural. Me encanta vivir en Formentera. Gonzalo Antonio Espí, subdirector de gestión del Hospital de Formentera, analiza la situación de la isla
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