La consellera de Salud, Patricia Gómez, anunció ayer por la mañana en la pitiusa sur, junto a la presidenta de la isla, Alejandra Ferrer, las medidas de la desescalada «progresiva» que afectan a la pitiusa menor y que se aprobarán hoy en el Consell de Govern.
Son medidas que responden a las «evidencias científicas», pero adaptadas a la «realidad» de cada una de las islas, para una desescalada que se hará con «muchísimo cuidado» y de una forma «más lenta de lo que pensábamos», precisó Gómez.
Las medidas
Formentera entrará así en un nivel 3 reforzado en el que mantendrá el cierre perimetral, que también seguirá aplicándose en Ibiza. Por tanto, las Pitiusas seguirán blindadas 15 días más.
Entre los cambios más significativos para Formentera se encuentran las reuniones familiares o sociales, que se podrán restablecer con un máximo de seis personas de dos núcleos de convivencia, en exterior e interior.
La reapertura de las terrazas se hará con un 50% de aforo y mesas de un máximo de cuatro personas de dos núcleos de convivencia. «Es importante cumplir las distancias y las medidas», destacó Gómez, quien pidió tener «cuidado» con esta situación porque «nos jugamos mucho y no queremos dar pasos atrás», precisó.
Asimismo, se permitirá el contacto en los entrenamientos deportivos de los menores de 12 años y se flexibiliza una parte de gimnasios, como son las salas de musculación con distancia de tres metros y un aforo del 30%.
El comercio se mantiene con un 50% de aforo y el cierre a las 20.00 horas. El toque de queda continuará a las 22.00 horas, aunque se insiste en la recomendación de que «la gente esté en su casa a las 20.00 horas», destacó Gómez.
Las nuevas medidas entrarán en vigor mañana sábado, excepto las que tienen que ver con las terrazas, que se retrasarán hasta el 2 de marzo, para que los establecimientos puedan prepararse. Las reuniones de los núcleos de convivencia también entrarán en vigor el 2 de marzo.
Por otra parte, Gómez anunció que la próxima semana comenzará la vacunación para personas mayores de 80 años, que prevé alcanzar a 367 personas de esas edades en la isla.
La presidenta del Consell de Formentera, por su parte, pidió iniciar la desescalada con «respeto y solidaridad» y lamentó la muerte de un vecino de la isla en la última semana, sexta víctima mortal de la pandemia en la pitiusa sur.
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