Una decisión que llega después de que se hayan hecho públicos esta semana los datos del servicio de vigilancia de la posidonia por parte de la Conselleria de Medi Ambient i Territori del Govern Balear. Un servicio que según GxF se inició en 2013 «después de un último verano de continuas agresiones, denuncias de activistas medioambientales y un movimiento ciudadano en la isla que exigió soluciones».
Al principio contó con dos embarcaciones y con restricciones de fondeo en las zonas de Illetas, s'Espalmador y Caló de s'Oli. Cinco años después el servicio ha aumentado, contando con cinco embarcaciones para cubrir la costa desde Punta Rasa hasta es Caló pasando por el Parc Natural, pero el grupo político asegura «que aún queda pendiente el control de la platja d'es Migjorn donde se aprecia un aumento de la presencia de embarcaciones».
En este sentido GxF denuncia que a pesar del descenso de fondeos «las costas de Formentera siguen sufriendo un gran volumen de embarcaciones ya que la calidad de las playas de la isla atrae a los yates más grandes del mundo cada verano» y que esto «origina consecuencias negativas sobre la calidad del mar y la conservación de la posidonia».
«No podemos parar»
Así mismo el grupo político aseguró que a pesar de los avances «no se puede parar aquí y las administraciones competentes deben seguir trabajando».
Por ello, Gent x Formentera reclama en su nota de prensa «una limitación y establecer la capacidad de carga que pueden soportar los ecosistemas marinos de Formentera». Además, demandan «un control integral del fondeo en todo el litoral de la isla que incluya la gestión de los residuos y las aguas de sentina».
Por último, para el grupo «es necesario poner límites a la mar» como se ha hecho en las carreteras «ya que la calidad del agua en la zona de Illetas en julio y agosto cambia y existen estudios que alertan del peligro de una mayor degradación».
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