De esta forma, el PP rechazó la moción impulsada por Esquerra Republicana que, a través de la iniciativa, instaba al Gobierno central a «iniciar los trámites de compra del Islote de s'Espalmador a los propietarios debido al importante interés natural y biológico del espacio». El portavoz de este grupo en la comisión, Bernat Picornell, añadía así que «entendemos que es una situación compleja pero estamos dispuestos a estudiar las fórmulas necesarias para propiciar la negociación entre administraciones y encontrar la mejor solución».
Asimismo, la iniciativa de ER también instaba al Gobierno a que «una vez adquirido el Islote, cederle la propiedad y gestión del mismo al Govern, de acuerdo con la Ley 17/2001, de 19 de diciembre». Respecto a este punto, Soler argumentó que con independencia de la compra del Islote, la protección del paraje natural no variaría ya que según la ley mencionada, el Govern ya posee competencias de su gestión y administración: «Es un compromiso del Gobierno estatal llevar a cabo políticas de fomento del turismo de naturaleza sostenible en espacios naturales protegidos por lo que la protección del Islote está garantizada».
Tanto el PSOE como Unidos Podemos-En Comú Podem apoyaron la iniciativa de ER. Por su parte, el senador socialista Francesc Antich afirmó que «nos parece adecuado que los compradores prefieran que el Islote lo adquiera un organismo público que así facilitaría la gestión de su protección y redundaría en el todo el parque». Así, Antich insinuó que ante la paralización de las inversiones estatutarias en materia de medio ambiente durante los años de crisis, la hipotética adquisición del Islote por parte del Gobierno central para su cesión al Govern «compensaría aquella injusta paralización y sería una respuesta a los efectos de la insularidad que padecemos».
La senadora Margarita Quetglás de Unidos Podemos criticó la falta de atención al medio ambiente por parte de las administraciones españolas hacia los territorios turísticos y reiteró que desde la UE se insiste para que «el turismo y la sostenibilidad vayan de la mano. Ses Illes son tierra gravemente herida, urbanizada y esquilmada. No hay conciencia de ese frágil equilibrio de los ecosistemas», dijo.
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