Unos simpáticos racimos de uva y su fruto: el vino Cap de Bebería. | Juan Juan

Después de haber tenido que suspender la cita «carnavalera» la pasada semana debido al temporal de viento que hizo imposible la rua, ayer numeroso decenas de personas se animaron, ya fuera de fecha, a celebrar el Carnaval 2016 en Formentera. Y como reza el titular, la imaginación de los formenterenses predominó.

El desfile de la menor de las Pitiüses contó con sorprendentes y elaborados disfraces, desde una inquietante niña del exorcista hasta famosas pinturas «vivientes», pasando por las ocurrencias más locas, como el disfraz que se llevó el primer premio en la categoría de parejas, dotado con 300 euros, y titulado ‘Baño’. Hubo desfile ecuestre, con doncellas y caballeros que parecían salidos de un cuento de hadas. Desfilaron también homenajes a la Formentera más rural, con tractores, ovejas e incluso un pequeño cabrito que temía acabar como las cabras de Es Vedrà, y costumbres como la fonyada de vi pagès.

La crítica también estuvo presente con dos muñecos vestidos de banqueros entre rejas o una payesa que reclamaba una solución al problema del agua.

Pero sobretodo, la diversión fue la protagonista, con comparsas que eran montañas rusas humanas, piezas de Lego, los Minions o un homenaje a los 80.

Resulta muy difícil describir el buen hacer, la voluntad y la alegría de todos los participantes, colaboradores y del equipo de la Apima del Col·legi Mestre Lluís Andreu de Sant Francesc, que elaboraron bocadillos, torradas y ensalada pagesa. Damos fe en estas líneas que nadie se quedó con hambre, aunque sí que los asistentes tuvieron que hacer largas colas para coger la correspondiente ración que, como es costumbre en la menor de las Pitiüses, es gratuita para aquellos que van disfrazados.

En suma una jornada muy divertida, con disfraces originales y, a destacar, la labor de manualidades que la mayoría de los participantes llevaron a cabo.

En cuanto a la animación, la primera parte de la jornada festiva estuvo a cargo del grupo Allsex, una pandilla de ‘gamberros’ adorables y que se lucieron con muy buenas versiones de clásicos del rock.

Luego le tocó el turno a DJ Pharma, que animó al personal con su particular estilo. Todo ello, amenizado y presentado por quien escribe estas líneas, con un particular homenaje a David Bowie, recientemente fallecido.

Y después de la «ventorela» y en medio de la lluvia suave que caía fuera del recinto recibimos un regalo; un fantástico doble arco iris sobre el cielo de la isla.