Según la consellera de Medi Ambient en funciones, Silvia Tur, «hay que recordar que Salinera Española como titular de este espacio tiene la obligación de conservación y restauración del patrimonio de las Salinas, declaradas BIC (Bien de Interés Cultural), unas tareas a las que está obligada por ley, así como mantener los niveles de agua en los diferentes estanques mediante los sistemas de bombeo que considere adecuados», y añadió que, «somos conscientes que esto implica una inversión muy potente por lo que es necesario un acuerdo real entre la empresa y las administraciones implicadas para establecer las aportaciones económicas que permitan recuperar la zona y revertir la situación actual».
Sobre este tema, Tur apuntó que «cualquier medida que se pueda tomar, no podrá ser aplicada antes de conocer la situación en que quedarán las propiedades de Salinera Española cuando se haga efectivo el nuevo deslinde de Costas en la isla, que se estima que se publicará el próximo mes de noviembre».
La situación actual del Parc Natural refleja de forma notoria la escasez de inversiones para el mantenimiento del área protegida por parte de las administraciones, léase Demarcación de Costas, Consellería de Medi Ambient del Govern balear, Direcciò del Parc y la propia Salinera Española. Unos hechos que se traducen en cartelería obsoleta, cuando no inexistente, averías en las vallas de delimitación de la zona dunar y en las pasarelas, amén de la desaparición de los sombrajos de las zonas de aparcamiento, que se retiraron hace 4 años y que nunca se volvieron a restituir.
Recortes en conservación
Para la consellera de Medi Ambient, «revertir esta situación no será fácil y esto demuestra que los recortes no solo se han producido en Sanidad y Educación, sino también en el mantenimiento y conservación de los espacios protegidos». Asimismo, en el Consell se han recibido quejas por parte de residentes, turistas y empresarios que operan en la zona.
Para Tur, «la demarcación de Costas debe invertir los beneficios que obtiene por las concesiones en beneficio de esta área de una forma seria, unos 45.000 euros anuales, no solo para reponer los elementos degradados sino también en medios humanos en la isla, ya que hace seis meses que Formentera no cuenta con una brigada permanente y no se han cubierto las dos plazas de celadores de bosques con las que se contaba».
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