La consellera de Turismo del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, lamentó ayer que desde el Govern Balear «no se realice ninguna medida valiente y rápida para erradicar prácticas como las de Magalluf que han dado la vuelta al mundo y perjudican gravemente la imagen de todas las Islas Baleares».
Ferrer realizó estas declaraciones en Formentera después de haber participado el pasado jueves en la reunión extraordinaria del Consejo Asesor de Turismo, convocada tras los impactos negativos para la imagen de las islas que han tenido los folletos publicitarios exagerando el peligro para la vida de pasear en solitario por el pueblo de Sant Antoni, en Eivissa, o las imágenes de felaciones a cambio de alcohol en Magalluf, Mallorca.
La máxima responsable de Turismo en el Consell apuntó que todos los presentes en la reunión en Mallorca expresaron en relación a los hechos de Magalluf, «que no es la primera vez que se producen, ni este año ni los anteriores, y que tienen una repercusión muy negativa» y lamentó la poca contundencia de la Delegada del Gobierno en las Islas Baleares, Teresa Palmer, quien durante el encuentro «manifestó que las prácticas aparecidas en las imágenes difundidas sobre los hechos de Magalluf no eran ilegales ya que se trataba de locales privados sin la presencia de menores».
En este sentido la consellera de Formentera manifestó que, «no puede ser que para que cuatro empresarios hagan dinero nos veamos perjudicados todos, ya que todo lo que produce dinero no es necesariamente beneficioso».
Para Ferrer, «dejar que los problemas graves, como este o como los party boats de Formentera, dependan de manuales de buen comportamiento de los empresarios no es ninguna solución».
Competencias
En su intervención ante los medios, Alejandra Ferrer volvió a hacer referencia al traspaso de la promoción turística ya que, manifestó, «nos conviene trabajar por una imagen propia que no se vea relacionada con las actividades de las otras islas» y recordó que «el Consell Insular de Formentera ha estado en los últimos años contundente con aquellas que pueden traer problemas de orden público, a través del cierre de chiringuitos con fiestas multitudinarias y abuso de alcohol, que convertían las carreteras en lugares aún más peligrosos de lo que ya son o la ordenanza de horarios y música».
Para la consellera, «hay que seguir trabajando y estar alerta porque en nuestro caso, la proliferación de party boats, contra la que luchamos, podría significar una bomba contra nuestro modelo turístico diferenciado».
En este sentido, cabe destacar que estas embarcaciones aminoran el volumen de la música cuando se aproximan a la costa de la pitiusa menor.
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