Desde el pasado viernes 7 de marzo y dentro del contexto de las actividades en torno al 8M, L’Esplai de Can Ventosa acoge una exposición de pintura de dos de sus socias, Antonia Osma Marco y Soledad Martínez Díaz, que supone una bocanada de color y alegría en el ambiente del club de mayores.
Se trata de una exposición de cerca de treinta pinturas y collages, entre las cuales predomina la obra de Sol, nombre artístico de Martínez, que cultiva un arte más abstracto y colorista. Osma presenta en esta exposición cuatro de sus pinturas, donde representa de manera figurativa un bodegón, una marina y dos figuras femeninas. «Una de ellas es mi nieta Ángela», aclara Antonia mientras señala uno de sus lienzos.

«Yo pinto ‘fino’», afirma la veterana pintora, quien reconoce que «me gasto la vista en cada uno de los cuadros». En cuanto a la temática que inspira su trabajo, incluye todo tipo de motivos: «Pinto bodegones, figuras humanas, paisajes… aunque últimamente ya no estoy pintando tanto como antes».
Más que aficionadas
«Más que nada, somos aficionadas», asegura Martínez con humildad. Sin embargo, ambas han participado en distintas exposiciones antes de mostrar su trabajo en Can Ventosa. «Yo ya he llegado a vender algún cuadro, tanto en una exposición en el Hogar Ibiza como en otra en Es Bussus, además de todos los que tengo en casa de mis hijos y mis nietos», explica Antonia, mientras Sole también recuerda que «yo he hecho alguna exposición fuera de Ibiza, en Andalucía, donde hay muchas más posibilidades de exponer que en Ibiza, donde no sé qué pasa con las salas de exposiciones, pero apenas hay».

En el caso de Sole, su pintura está marcada por el color y el dinamismo. «Soy abstracta», afirma, mientras explica que «empecé haciendo cuadros pequeños porque no tenía sitio en casa, pero estuve viviendo unos años en Andalucía, donde me relacioné con distintos grupos y asociaciones de artistas que me convencieron para hacer cuadros más grandes. Ahora casi no quepo en casa con tantos cuadros que tengo».
Si bien Martínez comenzó a expresarse artísticamente «cuando llegué a Ibiza en 1980», Osma asegura que pinta y dibuja desde que prácticamente tiene memoria. «Aprendí yo sola a pintar desde que era pequeña. Yo era la que sacaban a hacer el dibujo en la pizarra».

Tal como relata Antonia, «dejé de dibujar y de pintar cuando me hice mayor y lo retomé cuando me quedé viuda y me jubilé». «Cuando falleció mi hijo, me metí más de lleno; mientras pintaba, podía evadirme. Cuando me pongo a pintar, me relajo muchísimo», reconoce Osma, quien explica que «últimamente, con mi nieto y mi biznieto, que no para (risas), tengo menos tiempo para pintar, aunque el otro día me puse a dibujar con ellos».
«Mi pintura refleja mi estado de ánimo», añade Martínez respecto a su trabajo, del que admite que «cuando estoy alegre, uso más color, y cuando estoy un poco más ‘bajita’, predominan los tonos más oscuros».
«Cuando me pongo a pintar, me engancho y, sin darme cuenta, se me pasa el tiempo y mi marido ya me llama porque la cena está lista», bromea Sole.
La exposición puede visitarse durante todo este mes de marzo en la sala de l’Esplai de Can Ventosa.
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