Ibiza celebró ayer el Día de Andalucía con «mucho orgullo y tradición» a través de una gran celebración organizada por la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de San Antonio de Portmany en el patio del Centro Cultural Cervantes. Una gran carpa acogió este gran festejo que rindió homenaje a la cultura de Andalucía, pero también a la cultura de Baleares, ya que ambos actos festivos se celebran en la misma fecha. En este sentido, decenas de personas – vecinos y visitantes – no se quisieron perder este evento lleno de música, tradición y gastronomía que se celebró como un acto de hermanamiento entre ambas comunidades.
«Esta cita es una gran costumbre que tenemos que mantener», explicó el vecino andaluz Vicente, resaltando que estas jornadas sirven para recordar y conmemorar la lucha y el deseo de los andaluces de constituirse como comunidad autónoma. En esta misma línea, apuntó que esta celebración no sólo representa un momento de «orgullo e identidad», sino también una oportunidad para rendir homenaje a la cultura, la historia y las tradiciones andaluzas. Bajo esta premisa, desde la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de San Antonio de Portmany organizaron múltiples actividades, en colaboración con el Ayuntamiento. Entre estas iniciativas se celebraron actos institucionales, conciertos, degustaciones de productos típicos y eventos culturales, que llenaron la jornada de un ambiente festivo en el que vecinos y visitantes se unieron para celebrar el sentimiento andaluz.
Actuaciones
Pero, sin duda, dos de las actuaciones que pusieron un broche de oro a todas las actividades celebradas durante el Día de Andalucía fueron la actuación del grupo folklórico Brisa de Portmany y la actuación de la cantante Inmaculada Paniagua, que pusieron el alma en cada interpretación para rendir homenaje a la cultura andaluza y balear. «El Día de Andalucía es una fiesta emblemática en la que los andaluces conmemoramos la autonomía de nuestra comunidad y nuestra identidad cultural», apuntó Luis, explicando que la bandera simboliza la esperanza y la paz, pero también representa la fuerza y la historia de la región. Además, tampoco faltó una buena comida de hermandad con un menú de paella que incluyó ensalada, postre y bebida. Sin duda, una gran fiesta andaluza que llenó de luz y color el municipio de Sant Antoni.
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