En las diferentes salas del Centro Cultural de Jesús, decenas de estudiantes, de entre 15 y 18 años, tratan de dilucidar cual será su futuro, al menos en el ámbito académico. Para ello, reciben la orientación de expertos en la materia y ellos mismos interpretan, a través de juegos de role play, diferentes situaciones en los que han de aconsejar a sus compañeros. A lo largo de esta semana, estas actividades se repetirán, para que hasta 800 alumnos del municipio de Santa Eulària -y de algunos centros colindantes- tengan toda la información a la hora de proseguir con sus estudios.
«Son actividades que están destinadas a los alumnos de cuarto de la ESO, segundo de Bachillerato, y, por primera vez este año, los alumnos de Formación Profesional. A los dos primeros les damos una charla introductoria de media hora para ponerles en la tesitura de la toma de decisiones de su futuro académico y profesional y luego dos talleres de una hora, muy dinámicos», explica Eva Navarro, coordinadora del departamento de Juventud.
Además de esas charlas, se realizan actividades conjuntas, a través del role play «en el cual, de manera conjunta, tratan de apoyarse los unos a los otros para conocer los motivos por los que se decantan hacia una orientación profesional o académica u otra».
Alumnos
De entre los alumnos que acuden a esta formación los hay desde los que tienen más que claro lo que quieren estudiar desde hace tiempo, los que parecían tenerlo claro pero han cambiado de idea o los que todavía necesitan de esa orientación para seguir aventurándose en su formación académica.
Entre los primeros está Daniel Rivas, quien asegura que su futuro pasa por «hacer el grado superior de TAFAD en Granada y, al terminar, hacer el de dietética». En su caso, esta formación quizás no le pueda resultar en tanta utilidad como a su compañero, también Daniel Martínez, quien«piensa en hacer ADE», pero que tampoco lo tiene claro, porque «on muchas las opciones que le gustan, pero ninguna le convence al 100 por 100». Entre medias, también hay vaivenes, como el de Sara Torres, quién tenía claro que «quería estudiar criminología para ser policía». Sin embargo, ahora el pragmatismo le lleva en otra dirección:«Me decanto por estudiar relaciones laborales para poder llevar la empresa familiar».
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