Desde el niño Jesús hasta el rey Herodes, pasando por los centinelas romanos o la Virgen María. No faltó ningún detalle en la representación del belén viviente que se realizó este domingo por la tarde en la plaza de la iglesia de Jesús, en una comunión de historia bíblica con teatralización y música.
A las 19.00 horas, de manera puntual, se apagaban las luces y comenzaban las presentaciones del belén viviente. Una grave voz narradora introducía la historia y hacía la presentación de las diferentes escenas y personajes.
Este belén se trata de una novedosa iniciativa que ha realizado la primera edición. La idea surgió por parte de José Martínez, el párroco de Jesús. Los participantes del espectáculo teatral fueron los propios voluntarios de la parroquia.
Los ensayos para la actuación del domingo comenzaron hace tan solo unos días. «Al principio parecía difícil que esto fuera a salir hacia adelante; no teníamos mucha idea de por dónde empezar», confiesa Joan Daura, convertido por un día en el rey Herodes. Sin embargo, y tras un ultimo ensayo general este mismo domingo a las 16.00 horas, todo estuvo a punto para la actuación.
Una representación en la que participaron hasta 21 personas. Ninguno de ellos repitió personaje en la representación de la historia del nacimiento de Jesús de Nazaret, desde los prolegómenos hasta su nacimiento, acompañado de los tres Reyes Magos.
Para el desarrollo de la obra se habilitó un escenario en la plaza de la iglesia. Un escenario que fue testigo de la primera actuación de muchos de los allí presentes. Una de las grandes sorpresas fueron las voces que participaron en la obra, por su gran belleza melódica.
Villancicos
Para disfrutar del espectáculo, la plaza de Jesús se abarrotó de gente. Una plaza que se convirtió también en partícipe. El espectáculo se movió desde el escenario original hasta diferentes puntos de la plaza, llegando hasta la fachada de la iglesia. Allí, junto al recién nacido niño Jesús, acompañado de María y José y sus Majestades de Oriente, empezaron a sonar los tradicionales villancicos, cantados por decenas de miembros de la parroquia. Muchos niños ataviados para la ocasión, en la que se combinaba con la música propia del ball pagès, típica de nuestras celebraciones.
A los cánticos se sumaron en gran parte los asistentes a la ocasión. Numerosas voces se lanzaron a cantar para despedir un acto tan especial al ritmo del más que popular Campanas de Belén.
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