Alejandro Gómez inició su camino muy lejos de la artesanía. Tras terminar el instituto inició sus estudios de Diseño Industrial y, al terminar la carrera, realizó un máster, todo en su Valencia natal. Al concluir sus estudios emprendió su profesión y comenzó a trabajar para un quirófano, donde su tarea era la de diseñar un producto para «mejorarlo y reducir posibles errores». Sin embargo, el desarrollo era muy lento y decidió irse a lo contrario, a desarrollar para fabricantes chinos, que producían para grandes cadenas como Leroy Merlin. Sin embargo, en ese mundo «había cero innovación y creatividad».
Escola d’Art
Frustrado con un empleo que no le llenaba, y aprovechando que a su novia la habían llamado para trabajar en el hospital Can Misses, dejó el trabajo y vino a Ibiza. Una vez en la isla, comenzó en la Escola d’Art el grado superior de Ebanistería. A partir de este punto comenzaría una carrera muy diferente de lo que podría haber imaginado y que le ha llevado a exponer en salones internacionales. Alejandro recuerda su paso por la Escola d’Art como «una experiencia increíble» en la que retomó todos los procesos creativos. «Una oportunidad brutal», añade. No solo estudió el grado superior de Ebanistería sino que también formó parte del curso de mestre d’aixa, impartido por Toni Tur ‘Sendic’, con quien elaboró una embarcación siguiendo la tradición isleña.
A raíz de sus aprendizajes, comenzó sus particulares diseños y, en base a ello, elaboró «la silla más cómoda que pueda existir». Con un diseño muy particular, explica que esta es «como si te abrazara». Junto a otro de sus diseños, de inspiración trivial, desató el interés del Instituto Cervantes. Su sorpresa vino cuando le llamaron de dicha entidad para presentar sus productos en una feria internacional en Nápoles, en un festival de diseño «importantísimo a nivel internacional» como es el caso de la prestigiosa feria EDIT 2024, una de las más famosas del sector. «Ha sido increíble exhibir mis productos en una feria como EDIT Napoli, donde he tenido el placer de hablar y mostrar mi trabajo a figuras destacadas de la industria. Propietarios de galerías como Rosa de Made in Cloister, comisarios como Kristian de Adorno, diseñadores reconocidos como Patricia Urquiola y arquitectos de Studio Akama han mostrado interés en mi trabajo. La recepción positiva del público ha sido abrumadora, y creo que surgirán oportunidades emocionantes a partir de esta experiencia», explicó Alejandro Gómez Slok en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera.
Este éxito le supuso un reconocimiento internacional. Sin embargo, él continúa con sus labores de ebanistería. Al igual que la vivienda, los locales también están a un precio muy elevando en nuestra isla. «Muchos de ellos se alquilan a turistas», explica Alejandro. Por ello, combina su taller de Valencia con uno itinerante en la isla. «Adapté mi furgoneta, y voy elaborando tanto ahí como en un cuarto de mi casa que he adaptado», explica Alejandro.
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