La mujer ibicenca y la pagesa desde un nuevo punto de vista en la obra de Aïda Miró

«La exposición se llama ancestral porque trata de cosas que son ancestrales, como el baile, la artesanía o la tradición», ha explicado la propia artista, quien también asegura «querer representar el valor de la mujer». Esa mujer que marca su obra es, en este caso, su abuela, formenterense de nacimiento. Fue con su fallecimiento, durante el confinamiento, cuando la idea de dicha exposición nació, según cuenta Miró.

La exposición combina diferentes técnicas de pintura. Y es que, según la autora cuenta «cuando está metida en una y se bloquea, pasa a la siguiente». Este cambio le ayuda, y luego vuelve. Otro de los elementos que llama la atención de la exposición es el formato redondo de los cuadros, «que no tiene la limitación de las esquinas» para la artista.

Uno de los elementos que llama más la atención es una «vídeo performance» que hay ya al final de la exposición. En una televisión se ve a la artista haciendo el paso de la llarga, propio del ball pagès, con los pies llenos de pintura, danzando sobre un lienzo. Y el resultado de ese lienzo está expuesto y, de manera casi metafórica, dibuja la figura de un infinito. Por este motivo, Miró lo ha titulado: «Qué huella quieres dejar en este mundo».

A escasos metros otros de los cuadros esconden una sorpresa. Si ya sus formas y su uso de la pintura los hace bellos, al ser apuntados con una linterna de luz ultravioleta se revela una tinta fluorescente que les da un nuevo sentido. Según la comisaria de la exposición «con esto se busca que el espectador sea partícipe activo y no solo pasivo».