En mercados como el de la Cooperativa de Sant Antoni o el Mercat Nou de Vila ya se pueden encontrar variedades de calabaza. | Moisés Copa

Las primeras calabazas ya han llegado a los mercados locales ibicencos. Aunque su consumo suele relacionarse con la época otoñal, su consumo óptimo se inicia a finales de verano aunque es una hortaliza que puede disfrutarse todo el año.

En el puesto de frutas y verduras Can Tura, del mercado de la Cooperativa de Sant Antoni, ya hace algunos días que cuentan en su stock con tres variedades de esta hortaliza: cacahuete, vasca y curcubita. «Nosotros sembramos la calabaza a principios de verano, en junio, y se empiezan a recoger durante este mes», afirmó Vicent, encargado del puesto. En este sentido, Vicent asegura que, aunque este año la producción de la misma ha caído «como casi todo», la calabaza tiene una extraordinaria producción y es una planta muy sencilla de cultivar. «Es un producto que se vende muy bien durante todo el año y muy económico. Una planta de calabaza te puede dar entre 10 o 15 ejemplares», aseguró.

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Asimismo, en Can Tura utilizan un sistema para prevenir la proliferación de insectos en esta hortaliza tras recogerla. «Una vez arrancada la calabaza, la almacenamos en grandes barreños que colgamos mediante cuerdas a las ramas de las higueras. De esta manera, las calabazas está elevadas del suelo y los ratones y demás bichos no llegan a ellas», puntualizó Vicent.

La calabaza ha estado siempre muy valorada en la gastronomía y su uso se ha extendido desde entrantes, platos principales e, incluso, postres debido a su sabor dulce. Una de las formas más sencillas y apetecibles de consumirla es mediante una crema de calabaza, donde bastaría hervir la hortaliza junto a otras y pasarla por la batidora, o en forma de chips naturales hechas al horno con aceite. Además, las semillas de calabaza son un bien muy preciado debido a su destacado valor nutricional.