Desde las 20.00 horas, los espectadores comenzaron a llegar al recinto, donde fueron recibidos con el exquisito aroma de las mini pizzas recién horneadas por Pizza Conmigo Chef. Las deliciosas creaciones culinarias, ofrecidas a precios populares, se convirtieron en el aperitivo perfecto para los asistentes, quienes disfrutaron de la oferta gastronómica mientras se preparaban para el evento principal. Además, el servicio de barra, gestionado por 528 Ibiza, ofreció una gran variedad de bebidas que complementaron la velada.
A medida que el sol se iba deslizando por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras, la atmósfera se fue llenando del ambiente perfecto para acoger el evento de Eivissa Daurada. Los organizadores habían dispuesto miles de velas por todo el recinto, creando un ambiente íntimo y acogedor que resaltaba la belleza natural del lugar. El público, sentado cómodamente y en un estado de relajación total, se preparaba para ser transportado por la música.
El concierto daba inicio a las 21.30 horas, cuando los músicos tomaron el escenario bajo una tenue iluminación que realzaba la magia de la noche. Carlos Vesperinas, con su violonchelo, y Ramsés Puente, con su violín, abrieron el espectáculo con una interpretación conmovedora de piezas de Ludovico Einaudi, logrando capturar la esencia emocional de sus composiciones.
Miquel Falomir, con su viola, se unió a la formación, y juntos interpretaron obras de Hans Zimmer, que resonaron profundamente en el alma de los presentes. La incorporación de Héctor Koa, quien tocaba el duduk y el handpan, añadió una dimensión única y exótica a la música, transportando a los oyentes a paisajes sonoros lejanos y envolventes.
Samuel Pérez, al piano, completó este quinteto de talentos, y su virtuosismo quedó patente en cada nota. Interpretaron una selección ecléctica de composiciones de Hania Rani, Max Richter y Olafur Arnalds, así como temas de grupos contemporáneos como The Cinematic Orchestra y The Irrepressibles. Cada pieza fue recibida con un aplauso entusiasta del público, que se dejó llevar por la emotividad y la intensidad de la música.
A medida que la noche avanzaba, la conexión entre los músicos y el público se fortaleció, creando una sinergia que hizo del concierto una experiencia compartida y profundamente personal. La puesta de sol, la luz de las velas y la música se fusionaron en un espectáculo que tocó el corazón de cada asistente, dejando una huella imborrable.
Tras el éxito de la velada, la organización de Eivissa Daurada anunció que ya están cerrando nuevas fechas para más conciertos a lo largo del año en distintos lugares de la isla. Eventos que seguirán la misma temática de originalidad y encanto, prometiendo ser tan memorables como la noche del 31 de mayo.
Este concierto en 528 Ibiza se ha consolidado como uno de los eventos más destacados del año más allá de la ‘cultura de club', ofreciendo una combinación perfecta de música, ambiente y gastronomía. Así lo demostraron los asistentes, que se marcharon con una sensación de plenitud y gratitud, llevando consigo el recuerdo de una noche mágica en pleno corazón de Ibiza.