Al acto celebrado en Can Ventosa acudieron los alumnos de 5º y 6º de primaria, quienes en esta cómica puesta de escena, rieron, disfrutaron y aprendieron las nociones de básicas sobre cómo proteger el ecosistema que heredarán. A través de la magia desglosaron las «siete erres» claves para la sostenibilidad: reducir, reutilizar, reciclar, reparar, repensar, rechazar y recoger.
Las tres primeras ya las tenemos integradas en nuestro vocabulario, pero las otras las estamos aprendiendo ahora. Repensar por ejemplo, lo explican como «ver si lo que estamos haciendo podríamos hacerlo de forma más responsable con el medioambiente». O Rechazar es «aprender a decir que no». Pues en el espectáculo ponían el caso de que te ofrezcan pajitas de plástico en un comercio, una situación en la que hay se pueden aplicar estas dos erres, si se toma conciencia.
Reciclar como última opción
«Al final el reciclaje es la última opción, por detrás del resto de las erres, empezando por la de reducir», ha indicado Inma Saranova, directora de Ibiza Preservation. Sin duda es un reto que «las nuevas generaciones tomen conciencia de la situación».
Saranova, ha hecho hincapié en que durante mucho tiempo «los adultos hemos estado engañados en el tema de reciclaje». «Hemos pensado que podíamos hacer un consumo masivo de productos si luego lo reciclábamos, y tenemos que cambiar el paradigma tanto de los mayores como de los pequeños, pero sobre todo de los pequeños para que no entren en este círculo vicioso de seguir generando desperdicios».
El mensaje es claro, primero hay que intentar que se reduzca el consumo y si no se puede evitar, intentar alargar todo lo posible la vida del producto, antes de que acabe en la planta de reciclaje. Ibiza Preservetion es una fundación que promueve la conservación del valor y belleza de la naturaleza de las islas baleares en materia de sostenibilidad.
Nuevas generaciones
«Si no reciclamos las otras generaciones estarán como Matrix», afirma Eneko. Él cuenta que con su padre «a veces vamos a la playa y cogemos los plásticos».
Su compañero Oz afirma que «con el plástico se pueden hacer muchas cosas». «Yo he hecho un huerto con una basura, coges tierra, le haces agujeros por abajo, pones una planta y ya está», contó Oz a este periódico.
«En mi casa un día reciclamos con botas rotas, las llenamos de tierra y ahí metemos las semillas, también con una rueda de coche rota o huevos vacíos. Lo ponemos al lado del campo, así que no se caiga y que no se lo lleven los animales», explicó Héctor.
Ainaca dio la opción de «hacer una máquina de chocolate con un cartón de leche», y con el mismo material, otro alumno hizo una maceta, «yo le puse tierra dentro y luego una flor o algo así.
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