Recorriendo las calles de Santa Eulària, la comitiva real se dirigió hasta la plaza del Ayuntamiento para entregar en mano los regalos a los niños y niñas del pueblo de Santa Eulària. Durante el recorrido, los paraguas que se salvaron de resguardar de la amenazante lluvia se convirtieron en útiles herramientas para capturar el mayor número de los caramelos que sus majestades lanzaban en su marcha.
El espectáculo que ofreció este año la comitiva de Melchor Gaspar y Baltasar no dejó indeferente al multitudinario público que abarrotó todo el recorrido. A la batucada para abrir el desfile le seguían entre carroza real y carroza real desde un dúo que ofrecía canciones navideñas en directo a bailarinas que lucían alas iluminadas o comparsas con zancos y buen humor navideño acompañaron a los pajes reales durante todo el recorrido.
El desfile real tuvo, como ya es tradición, una parada frente a la parroquia de Lourdes de Santa Eulària, en la calle Sant Jaume, para mostrar sus respetos a la figura de Jesús recién nacido. No quiso perderse la ocasión el obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, quien recibió allí mismo a la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer. A la salida de la iglesia, el viento y la lluvia se unieron al desfile de los reyes de Oriente. Viento y lluvia que no impidieron que la ilusión de los miles de personas que aguardaban la visita real se desvaneciera y siguieran ‘luchando' por los caramelos aunque fuera en las aceras mojadas.
Tras repartir los regalos entre los más pequeños de Santa Eulària, que esperaron pacientemente su turno bajo sus respectivos paraguas, Melchor, Gaspar y Baltasar tuvieron que marcharse rápidamente para acabar de repartir los regalos y algo de carbón al resto de niños y niñas de Ibiza y Formentera. Tras un breve descanso, los Reyes Magos se dispondrán a recorrer los pueblos de Puig d'en Valls y Jesús durante la mañana de este sábado.
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