Melchor, Gaspar y Baltasar hacen magia y recorren las calles de Ibiza repartiendo felicidad e ilusión. | Sonia Ribas

Nunca antes una previsión meteorológica causó tanta inquietud entre los organizadores de la Cabalgata de los Reyes Magos y, sobre todo, entre los niños de Ibiza. Finalmente, Melchor, Gaspar y Baltasar han podido recorrer las calles de la ciudad dándose un auténtico baño de masas, y también de agua puesto que la lluvia les sorprendió en mitad del recorrido.

Horas antes de la llegada de Sus reales Majestades, el concejal de Fiestas, Fran Torres, se mostraba esperanzado y confiaba en que el mal tiempo no hiciera acto de presencia: «Yo creo que le hemos puesto tantas ganas, ilusión y magia, que nos merecemos ese rato bonito de la cabalgata para disfrutar todos juntos».

Ya durante la mañana el Ayuntamiento de Ibiza decidió adelantar la llegada del famoso trío de Oriente con el objetivo de evitar las anunciadas lluvias. También cambió el punto de inicio de la comitiva real, inicialmente previsto en Es Martell. A las 17.20 horas, Melchor, Gaspar y Baltasar desembarcaron junto al muro donde fueron recibidos por el alcalde Rafa Triguero y el concejal Fran Torres.

En ese preciso instante la banda sonora de la película ET se mezclaba con el techno procedente de otra carroza. Las bailarinas del Centro de Danza, vestidas de blanco y azul, o las alumnas de Puro Ritmo, de rojo intenso, acompañaron durante el recorrido a las ilustres Majestades. «Hemos preparado un número de danza oriental, aunque tenemos mucho frío», señaló una de las jóvenes.

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Precisamente desafiando las bajas temperaturas, fueron muchos los niños y mayores que decidieron esperar a los Reyes en distintos puntos de la ciudad. Toni y Ana les aguardaban con ilusión puesto que habían pedido «muchos juguetes» y «nos hemos portado muy bien».

Las pequeñas Noa y Vera sí se acercaron al puerto junto a sus padres para disfrutar de la comitiva desde un lugar privilegiado. Según explicaron, estaban un poco nerviosas y recordaron que este año querían un cerdito y un perrito de juguete.

Cuando se cumplía una hora justa de recorrido, en la avenida de España, la lluvia restó protagonismo a sus Majestades, que aguantaron estoicamente en sus carrozas repartiendo caramelos. También los bailarines y pajes intentaron no perder el ritmo a pesar de las circunstancias, aunque en algún momento no pudieron evitar arrancar a correr cuando la lluvia era más intensa.

En la carpa de Vara de Rey, los Reyes recibieron las llaves de la ciudad «para abrir todas las casas, aunque también simbolizan nuestras esperanzas y anhelos», aseguró el alcalde, quien destacó ante sus Majestades que Ibiza «os recibe con mucha ilusión y alegría».

Triguero pensó en aquellos niños «menos afortunados» y reconoció que su deseo es que «todos sean obsequiados con lo más valioso: la salud».