La Nave Salinas acoge una obra nueva de Jonny Nietzsche, quien junto con el trabajo de los directores del proyecto han creado un espacio totalmente innovador y rediseñado.
Esta fundación comienza con Lio Malca, dueño del proyecto, tiene la intención de devolver a la isla de Ibiza todo lo bueno que la isla ha hecho por el coleccionista. Los proyectos expuestos en la Nave Salinas forman parte de la colección de Malca, como es el ejemplo del australiano Jonny Niesche. Malca llevaba tres años coleccionando obras de Nietzsche y finalmente este año Ibiza va a poder echarle un ojo a su nuevo proyecto _ness. Este nombre inusual fue meticulosamente elegido. Los adjetivos utilizados para definir las emociones en inglés terminan en _ness, lo cual puede dar una pista de que trata la obra de Jonny.
Además de su nombre, esta obra es especial y diferente a muchas otras ya que los cuadros no han sido dibujados sobre un lienzo sino confeccionados mediante su propia técnica con tres capas de fina tela francesa conocida como «voile» o belo, tensión y un efecto espejo en la misma obra. Con estos elementos, el artista consigue crear una sensación de movimiento y profundidad tratándose este de un efecto óptico conseguido utilizando únicamente tela. Además, acompañando la sensación espacial que transmite la obra, el suelo está pintado de pintura negra brillante donde el mismo cuadro se ve reflejado creando un efecto lumínico poco común. Además, la obra emite su propia luz. Como parte de la experimentación con tela, un resultado que pocos pueden imaginar es la sensación lumínica que percibe el espectador.
Cuando Jonny era niño ya destacaba por sus dotes en la pintura, sin embargo, abandonó esta pasión durante un tiempo. «Este es el proyecto más grande y ambicioso que ha tenido Jonny en su carrera», comparte el director del proyecto, Isaac Malca. «Su obra anterior era cinco veces más pequeña que está», añadió. Y es que el artista ha creado un cuadro de 20 metros y otros dos cuadros, cada uno de 10 metros. Pero, sin duda, una de las cosas más interesantes es que el espacio fue completamente adecuado a la visión del artista. «Estas paredes antes no existían; hemos transformado completamente el lugar», cuenta Jonny. La importancia de darle un carácter único a la obra era imprescindible para su autor, detallista y atento. Él es una persona super detallada y ordenada. A pesar de que nuestras llamadas eran a sus 06.00 horas y nuestras 21.00 horas todo se logró por sus detalles», cuenta Isaac sobre la coordinación entre él y Jonny entre Australia y Nueva York. Aun con las dificultades, el resultado final resulta ser una pieza única que evoca la sensación de flotar en el universo y anima a su audiencia a definir sus propios sentimientos provocados por la exposición. «Yo creo una experiencia que cambia constantemente», cuenta el artista. «El sonido, los cuadros, el reflejo del suelo… todo está en movimiento», concluye.
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