Recoger el testimonio de un total 26 mujeres de Sant Jordi y Sant Francesc cuyas vidas estuvieron ligadas a ses Salines de Ibiza, ha sido el objetivo principal de la escritora Esperança Marí en Dones de la sal. Historias de sacrificio, superación o generosidad, podrán conocerse en este trabajo que este viernes mismo será presentado.
Tal como puede leerse en la contraportada del libro, estas mujeres fueron silenciadas «y podrían permanecer invisibles para generaciones futuras». Ello es lo que ha querido evitar a toda costa Marí, quien se animó a escribir esta obra durante la pandemia, viendo el gran número de mayores que fallecieron en aquellos angustiosos momentos.
«Pensé que estábamos perdiendo un patrimonio cultural e histórico muy valioso. Me decidí por las mujeres porque normalmente son las más invisibles y ya tocaba que tuvieran voz propia y explicaran sus historias para que nos contaran cómo habían sido sus vidas», recuerda Marí.
La escritora puntualiza que sus protagonistas forman parte de la conocida como «Ibiza preturística»y, por tanto, son transmisoras de una forma de vida que perduró en la isla durante siglos y que fue pasando de una generación a otra hasta que llegó el gran cambio social.
«Ellas sufrieron la Guerra o la miseria de los años 40. No se trataba de hacer un libro de historia, que ya hay muchos, sino de que contaran qué sentimientos, vivencias o sufrimientos tuvieron y son impresionantes», considera Marí.
La autora destaca que sus mujeres tienen edades que oscilan entre los 97 y los 88 años. Una de ellas, Na Pepa de Can Fèlix, es la última monja de clausura natural de Ibiza que continúa residiendo en el Convento de Dalt Vila.
«Ellas sabían muy bien qué querían contar y qué no. Fueron entrevistas largas de tres horas y en ocasiones durante varios días. Al final, se abrieron, pero costó un poco porque la consigna de aquellos años era olvidar muchas cosas. Yo creo que no hay que olvidarlo para que los jóvenes que vengan sepan que la Ibiza actual es fruto del esfuerzo de aquellas generaciones», comenta Marí.
Entre las diferentes historias que recoge Dones de la sal, puede leerse la experiencia vital de Esperanza Orvay, quien recuerda que la convirtieron en pastora con solo seis años. Probablemente, lo más duro para esta mujer es que no le dejaron seguir estudiando e incluso le llegaron a decir que «no tenía capacidad para aprender».
También Francisca Orvay asegura que «de toda la vida que he tenido, siempre he añorado no haber podido estudiar».
Sobre Catalina Torres, por otra parte, se explica cómo «decidió buscar su camino y tener una profesión». Así, primero en bicicleta y después en moto, recorrió toda la localidad de Sant Jordi ejerciendo como practicante. «Ahora, seguramente, sería una gran doctora», afirma la escritora. La expropiación de terrenos para construir el aeropuerto y cómo afectó este hecho a sus trabajos e incluso a su estilo de vida, es otra constante en las historias de estas mujeres.
La presentación del libro tendrá lugar este viernes a las 20.00 horas en el centro de mayores de Sant Jordi. Marí reitera que la obra «es un homenaje merecido a la memoria colectiva de estas mujeres valientes, fuertes y trabajadoras».
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