Ibiza23/10/24 0:30
El cóctel de estafas informáticas cada vez más sofisticadas y el riesgo de que cualquier usuario de un medio de pago digital pueda ser su víctima, obligan a los bancos a intentar hacer de escudo a sus clientes. La proliferación de timos y la enorme dificultad de su persecución penal provoca que las reclamaciones se dirijan por la vía civil contra las entidades de las que han salido los fondos. Salvo negligencia grave del usuario, que las hay, la entidad financiera debe devolver los fondos y trasladar el conflicto a los juzgados.
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