Albert Salas.

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Golpe de timón. Prohens ha entendido que la dirección de Albert Salas era insuficiente para
imponerse a los cambios estructurales que precisa el ente autonómico. Armengol, a través de Andreu Manresa, colonizó IB3 con perfiles afines que validaran su relato político. Esos perfiles no han sido depurados y siguen ofreciendo una perspectiva demasiado escorada hasta el punto de fichar al jefe de gabinete del exconseller Iago Negueruela para un programa.

La elección de Josep Codony como nuevo director general es un acierto. El veterano gestor audiovisual repetirá como director general con la misión no sólo de seguir mejorando las audiencias, sino de corregir el rumbo editorial sesgado que todavía impregna la casa. Se precisaba un gestor sin miedo, no un periodista con deudas. No se trata de hacer ahora una televisión y una radio de derechas, sino de equilibrar la balanza para abrazar la imparcialidad y ofrecer un contenido de calidad que conecte con sus ciudadanos. No nos podemos pasar el día criticando lo malo que es Trump y lo loco que está Elon Musk. Es imperativo atraer a los espectadores poniendo sobre la mesa nuestra actualidad, nuestras preocupaciones, nuestra economía, reivindicando nuestras raíces y comprendiendo que IB3 no debe ser el gabinete de prensa del PSIB (tampoco del PP), como ha sido hasta ahora.

Las productoras deberán redefinir sus contenidos y dejar de disparar veladamente a los adversarios políticos de la expresidenta. En los ocho años de Armengol-Manresa tampoco se contrató un sólo programa a una productora ibicenca. Es algo que ha empezado tímidamente a cambiar. IB3 debe dejar de ser la televisión de Mallorca para ser también la televisión de Formentera, Menorca e Ibiza. Ojalá esta sea una etapa de mayor pluralidad y rigor.