Motivos para que acabe la legislatura

El Congreso de los Diputados no ha podido convalidar el mega decreto del Gobierno que incluía algunas medidas relevantes como la subida de las pensiones o la gratuidad del transporte. Con los votos en contra de PP, Vox y Junts, el decreto fue rechazado y, por lo tanto, estas medidas no van a aplicarse inmediatamente, como tampoco lo hará el nuevo premio que se concedía a los ‘okupas’ con un año más de prórroga para no pagar alquileres y vivir a costa de ciudadanos decentes.
España es históricamente un país diferente a los demás a nivel político. Y lamentablemente En salud democrática está muy lejos de países como Alemania, Francia o Reino Unidos. En las circunstancias que vive el Gobierno de Sánchez lo lógico sería convocar elecciones, pero el presidente ya ha dicho que quiere mantenerla hasta 2027. En Alemania, Francia o Reino Unido los primeros ministros han convocado elecciones por muchísimo menos, pero Sánchez sigue aferrado al poder sin tener en cuenta las mínimas reglas de juego.
En cambio, Sánchez no solo no tiene los votos suficientes para poder gobernar sino que espera que la fachosfera le resuelva sus problemas. Sería totalmente ilógico que PP y Vox apoyasen una prórroga de desahucios para falsos vulnerables que quieren seguir viviendo del cuento un año más gracias a un Gobierno que cada vez más se muestra contra de la propiedad privada como en una Venezuela cualquiera.
A aquellos dirigentes socialistas que les repugna que Vox esté en las instituciones (en Ibiza hay algunas en horas muy bajas que lo dice cada vez que puede) tampoco deberían aceptar sus votos para sacar adelante las iniciativas tan sociales y que suponen tanto progreso para los ciudadanos.
Aquí los que tienen la obligación de gobernar no son los miembros de la oposición. Se puede hacer demagogia fácil diciendo que por culpa de PP, Vox y Junts los pensionistas no cobrarán un incremento en la nómina del mes de febrero, pero quizás si se hubiese intentar negociar la votación hubiera sido diferente. O si se hubiese separado este punto para blindarlo de otras medidas con un claro componente sectario y partidista. Si se pusiese tanto empeño en negociar como en hacer determinadas declaraciones el Gobierno ganaría más votaciones, pero eso no resulta rentable políticamente.
El principal objetivo de Sánchez y su banda, como diría Albert Rivera, es seguir gobernando a cualquier coste. No interesa solventar los problemas de los ciudadanos sino ocupar las instituciones y todos aquellos entes satélites (RTVE, CIS, Fiscalía, etcétera) para mantenerse en el poder mientras la corrupción sacude el Palacio de la Moncloa y algunos ministerios.
Poco queda ya de aquel Sánchez inmaculado que lideró una moción de censura contra Rajoy para acabar con la corrupción del PP. Todas las investigaciones que están en marcha y que afectan al PSOE superan en mucho todos los argumentos esgrimidos por Sánchez para echar a Rajoy, un debate que, recuerden, fue protagonizado por José Luis Ábalos.
Por salud democrática hay que convocar elecciones. Si son ciertas las encuestas del CIS Sánchez debe estar tranquilo porque volverá a ganarlas, pero queda muy claro que hace falta una mayoría estable para sacar adelante todas aquellas medidas que necesitan los ciudadanos. Porque, aunque a muchos no les preocupe, esta legislatura pasará a la historia, y se hablará mucho dentro de varias décadas gracias a una figura tan esperpéntica como Puigdemont. Será una etapa política recordada por haber sido manejada por un prófugo de la justicia, algo difíciles de imaginar en otros países democráticos.
La legislatura está agotada y no hay ningún argumento para continuar. El único que no lo ve es Sánchez y todos aquellos que viven de un sueldo público, pero en las actuales circunstancias no tiene ningún sentido no convocar elecciones.