Hoy finiquitamos el año 2024. Abundan los resúmenes de lo acontecido en los últimos 365 días, así que no les aburriré con más de lo mismo; pero si estamos aquí y podemos estrenar el 2025, hay que dar gracias y darse con un canto en los dientes. Muchos no podrán celebrar el Año Nuevo o lo harán solos, enfermos, ingresados en el hospital o en la residencia. Algunos estarán trabajando, de guardia, para que otros podamos disfrutar el momento, siempre especial, de pasar la hoja del calendario. Es bueno que nos acordemos de todos ellos, de quienes velan por nuestra seguridad y por nuestro bienestar; de que los servicios públicos esenciales sigan funcionando, de que tengamos luz, gas y agua, como cada día. Gracias a todos. Si lo piensas bien, somos afortunados de vivir en una tierra que, pese a los problemas que nos aquejan, algunos muy graves, para qué negarlo, gozamos de paz y prosperidad. Nuestra democracia y los derechos que el Estado de Derecho nos garantiza como ciudadanos de Europa, nos proporcionan un nivel de vida que muchos quisieran para sí en otros lugares del planeta, donde la guerra, la dictadura, la pobreza y otras muchas violaciones de los Derechos Humanos son el pan de cada día. Es cierto que entre nosotros, en Ibiza y Formentera, hay gente que no vive con las comodidades que merecería. Muchos malviven en caravanas o en infraviviendas que no reúnen las condiciones de dignidad que serían deseables. Hay demasiadas mujeres amenazadas y con miedo a su propia pareja, víctimas de la coacción y la violencia machista. No las perdamos de vista. Pensemos también en quienes cumplen condena en la cárcel, en los que acaban de llegar en patera, de puro milagro; en quienes viven sin esperanza. Dejemos atrás lo que nos separa y caminemos juntos para superar los problemas y garantizar la prosperidad de nuestra sociedad. Feliz 2025.