Rafa Ruiz, a su llegada a los Juzgados de Palma, el pasado mes de junio. | Teresa Ayuga
El martes publiqué un artículo en exceso benevolente con el exalcalde de Vila, titulado Rafa Ruiz está nervios. Hoy me corrijo: está desquiciado. Lo demuestra su comportamiento durante el pleno de la corporación municipal que él mismo presidió, en mala hora, durante ocho infaustos años. Dije hace tres días que «es comprensible que Rafa Ruiz esté más nervioso de lo habitual, al conocerse que se ha abierto juicio oral por el conocido como ‘caso Puertos’ y será juzgado por la Audiencia Provincial», pero que «no es muy edificante ver a todo un exalcalde de la capital de la isla y todavía concejal, comportarse como un vulgar matón, amenazando y gritando en plena calle en actitud violenta». Ahora hay que añadir que es muy penoso comprobar cómo un político que representa a más de 3.800 votantes, parece haber perdido el oremus de tal manera. El oremus, la educación y el decoro. Bien es verdad que de nada de eso anduvo nunca muy sobrado, seamos sinceros. Pero en momentos así es cuando uno debe mantener cierta dignidad, personal y política, como hacen otros imputados por corrupción de su propio partido, sin ir más lejos, o perder el control y mostrarse como él se muestra en público últimamente. En uno de los momentos delirantes y lastimosos que protagonizó ayer, afirmó: «No se preocupen tanto por mi estado de ánimo. Uno es así. He sido alcalde durante ocho años, aunque les pese. Les gustaría que me fuera, pero ni me iré ni harán que me vaya». No, querido, no le pesa al PP; le pesa a la ciudad entera. Que no piensas irte, lo pronostiqué el martes en estas mismas páginas y debe ser en lo único que no me equivoqué. Yo animo al PSOE a derogar su código ético, dado que no tienen la menor intención de cumplirlo ni aplicarlo. Mantendrán a un concejal imputado por corrupción al que se abre juicio oral: el PSOE en estado puro. Y ahora, además, desquiciado.
4 comentarios
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Neus Buc"Les formes" es tenen amb qui les té amb un, pel mateix motiu... es perden quan no es tenen amb un. Oara dir babades "molt diplomàtiques i educades" que no en fa cas ningú ja tenim a l'ONU. Amb els reconrosos, revengistes, triomfalistes i ressentits "les seves formes" MAI han servit... per a res.
Esta claro, que el que suscribe Sr. Perpynà, al igual que sus dos co-candidatas al Pulitzer vivimos en dos dimensiones espacio-tiempo diferentes y al parecer, en la suya NO existen mas problemas que el Sr. Ruiz y sus arrebatos dado el profuso "tratamiento" ensañamiento- periodístico a que es sometido. Debe ser que en Navidad ya han gastado el promedio neuronal anual y no "dan para mas" o simplemente en "su realidad" los problemas, enormes para mi, de Eivissa son producto de mis alucinaciones y asquerosa negatividad. Tambien le recuerdo que este señor, ha sido imputado por "intentar" que su centenario Club Náutico NO cayera en manos de bergantes y peseteros, cosa que HA SUCEDIDO. No, no son las formas se admite, pero tampoco las suyas caballero & company. "Las formas" se tienen con quien las tiene con uno, por el mismo motivo ... se pierden cuando no se tienen. LLevan ustedes faltando al respeto, y saltándose a sus "famosas Formas" desde que ganaron las elecciones ... tempo a ... El Sr, Ruíz estara "nervioso, alterado, desquiciado" .... Ustedes simplemente son unos plastas rencorosillos DE CUIDADO....
Estic totalment d’acord amb el columnista: l’exalcalde hauria de mantenir les formes, sobretot en una posició pública on es pressuposa certa elegància i autocontrol. Després de tants anys en política, ja hauria de saber comportar-se, independentment de les circumstàncies. És cert que el seu partit també hauria de prendre mesures contundents per allunyar qualsevol sospita de corrupció, sigui fonamentada o no. Una decisió clara i ferma no només milloraria la seva imatge, sinó que també transmetria un missatge inequívoc de tolerància zero amb aquest tipus de comportaments. Ara bé, també cal reconèixer que sota una gran pressió, fins i tot les persones amb més experiència poden perdre els papers. Això no ho justifica, però sí que ens convida a reflexionar sobre el desgast que suposa estar en el punt de mira constant. Dit això, mantenir la calma i actuar amb dignitat no només és una mostra de maduresa, sinó també una responsabilitat ineludible per a qualsevol figura pública. Esperem que aquest episodi serveixi de lliçó, no només per a l’exalcalde, sinó també per a tot el seu entorn polític.
Opinión de respaldo a Gisela. Pobre…