El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. | Jorge Gil - Europa Press

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, ha negado esta semana en el Senado que exista una ruta consolidada entre Argelia y Baleares para que lleguen a las Islas cientos de inmigrantes irregulares. Cierto es que Baleares no tiene nada que ver hoy con Canarias, donde en lo que va de año han recibido a más de 40.000 de estas personas. Pero es que de lo que se trata es de no llegar a esa situación. Y que estemos ya rozando los 5.000 inmigrantes es preocupante.

Grande Marlaska lleva años negando la realidad. No solo con la inmigración. También lo hace con respecto a la situación de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en Ibiza y Formentera. Agentes que llevan décadas, se dice pronto, reclamando un complemento económico para poder afrontar el alto coste de la vida en las Pitiusas. Ojo, que tampoco es que el PP se haya estirado en este sentido pues, con la mayoría absoluta de Rajoy, nada hizo para solventar estas exigencias que, desde la oposición, decía y dice apoyar.

Pero el PSOE, como se suele decir, se está coronando. Ni siquiera han sido capaces de levantar algo decente en el solar de la antigua comisaría de Vila. Con la falta de vivienda que hay en la isla, ese suelo público vacío va más allá del insulto.

Visto esto, no puede extrañar que el ministro rechace ahora aceptar lo que está pasando. Debe ir en el gen socialista eso de, como dijo Ruiz al perder las elecciones en 2023, no saber leer lo que les dice la calle.

El senador Jerez le dijo a Grande Marlaska en la misma sesión que hay que ser ciego para no ver lo que pasa. Y añadió algo sobre la torpeza. Corto se quedó.