En momentos convulsos y polarizados como los que vivimos actualmente, donde se cuestiona hasta nuestro propio Estado de derecho y donde se acentúa la desafección hacia la clase política, me gustaría romper una lanza en favor de la política entendida como esperanza. Una esperanza que rescata el potencial transformador de la acción colectiva y el compromiso ciudadano para construir una sociedad más justa, solidaria y equitativa. En lugar de entenderla únicamente como un ámbito de disputas por el poder o como un espacio corrupto, debemos enfatizar en el hecho de que la política es una herramienta para generar cambios positivos y promover el bienestar común.

Para ello, quiero resaltar varios aspectos que resultan claves para desentrañar una situación de crisis política e institucional como la que sufre Formentera desde hace un año. En primer lugar, es necesaria una participación ciudadana activa, donde las personas sientan que su voz se escucha e influye en las decisiones importantes. Esto incluye participar en elecciones, iniciativas comunitarias, procesos deliberativos o movimientos sociales como la manifestación que viviremos este jueves en nuestra isla.

Para desarrollar una política basada en la esperanza, resulta fundamental que los líderes estén comprometidos con valores éticos como la justicia, la transparencia, la equidad y la inclusión, priorizando sin reservas el interés colectivo por encima del personal. Ese es el camino al que debemos volver, reconstruir lo perdido el ultimo año, con diálogo, tendiendo puentes y promoviendo soluciones basadas en el consenso y la empatía que resitúen a las personas en el centro de nuestras decisiones.

Los que ejercemos esta responsabilidad debemos estar a la altura y trabajar juntos por una Formentera mejor. Esto implica realizar políticas públicas orientadas a largo plazo, que respondan a los desafíos actuales como la vivienda como derecho fundamental, el futuro de nuestro puerto, el cambio climático, la desigualdad o los derechos humanos.

La esperanza en la política es el reconocimiento de que los problemas sociales solo pueden resolverse colectivamente y que el cambio, aunque difícil, es posible.

Somos conscientes que estos momentos nuestra institución, se encuentra a la deriva. Este jueves la ciudadanía dirá basta y, como siempre, tendrá toda la razón, no se equivocará. Esta manifestación pública solicita a los grupos políticos entendimiento y acciones; como secretario general de los

socialistas considero que el informe de la comisión de seguimiento del Código Ético que exigimos vea la luz, significará un cambio de rumbo. No hay vuelta atrás, la esperanza aplicada a la política se debe volver a imponer. Formentera necesita de la grandeza y determinación de todos, partidos políticos, sindicatos, sociedad civil y sus vecinos para rescatar nuestra institución y ponerla a trabajar de nuevo.

Los socialistas de Formentera estamos comprometidos en ser parte de la solución a esta crisis, hemos dialogado, realizado propuestas, ejercido el control de la acción de gobierno y no cejaremos en el empeño hasta resolverla.

Este jueves estaremos en la concentración como ciudadanos. Nuestro compromiso es hacer todo lo que esté en nuestra mano para devolver a nuestros vecinos la esperanza como elemento vertebrador de la política de nuestra sociedad.