Juzgados de Ibiza.

Uno de los motivos por los cuales la izquierda reclama que se paguen más impuestos, sobre todo las rentas altas, es que hay que mantener unos buenos servicios públicos. Por supuesto, todos aquellos que no defiendan una mayor presión fiscal son insolidarios y defienden a los ricos. Sin embargo, los servicios públicos que dependen del Estado en Ibiza son mayoritariamente deplorables y no están a la altura de lo que exigen los ciudadanos.

Ahí tienen el caso de la Delegación de Tráfico, que no abre todos los días por falta de funcionarios y depende en mayor o menor medida de Mallorca. Los ciudadanos saben que si deben hacer un trámite en Tráfico el servicio será complicado y es posible que ni siquiera lo consigan a la primera. Realmente, toda una aventura sacarse el carnet de conducir en Ibiza.

En materia de seguridad, faltan policías nacionales y guardias civiles en la isla. Los nuevos integrantes de ambos cuerpos no quieren venir a Ibiza porque saben que el sueldo que recibirán no les bastará ni para alquilar una habitación digna. Sin embargo, el Ministerio del Interior tampoco ha dado un paso para mejorar sueldos e incentivar la llegada de agentes a la isla. De hecho, nada se sabe al respecto del ministro Marlaska.

La Administración de Justicia, que aún hoy depende del Estado, es lenta y no tiene medios suficientes para dar una asistencia a la altura de lo que merecen los ciudadanos. Los casos se eternizan y faltan medios para que los casos judiciales no estén años en los juzgados. Quien haya tenido la mala fortuna de tener algún asunto judicial durante los últimos años lo sabe perfectamente.

Y ahora tenemos la migración irregular. Los inmigrantes llegan a cientos a las costas de Ibiza y Formentera y los menores deben ser atendidos por los consells insulars mientras el Estado ni se digna en mantener una reunión para intentar buscar una solución. Lamentablemente, el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez, actúa más como un militante socialista que lo que le correspondería a su cargo. En Ibiza ni está ni se le espera.

Es difícil de creer que toda esta mala gestión se arreglase con más impuestos, ni aunque los ricos tuviesen que pagar el doble del dinero que abonan cada año. Se puede hacer mucha demagogia con los ricos y los impuestos, pero ya pueden engañar a mucha gente. Los servicios públicos que dependen del Estado en Ibiza son deplorables y están muy lejos de lo que merecen los ciudadanos. La suerte que tienen es que los ciudadanos no salen a la calle, pero hay motivos más que suficientes para hacerlo.