Imagen de archivo de un atasco de coches en Ibiza.

Finalmente ha sido Vicent Marí el que protagonizará la primera medida de contención en Ibiza. Muy a pesar de los socialistas, un presidente del PP será el que ponga coto a la entrada de vehículos en la isla. Recibimos más de 200.000 vehículos anualmente, una cifra insostenible para unas infraestructuras insuficientes. La presión demográfica y la masificación son ya el primer punto en el orden del día de las administraciones de las islas, independientemente de su color político.

«Balears ha llegado a su límite», rezaba Prohens mientras Mallorca, bajo el mando del PP en el Consell, reducía 18.000 plazas turísticas. De esta manera, la formación capitaneada por la de Campos, en una sola semana ha aprobado un decreto contra el turismo de excesos y se ha sumado a las políticas de decrecimiento turístico. Desde el consenso con el sector, el plan de Prohens es fidelizar a los díscolos que todavía alaban al exconseller de turismo, Iago Negueruela, que sigue contando con algunas simpatías inesperadas.

La limitación de la entrada de vehículos a Ibiza debe ser la antesala de un plan equilibrado que garantice el crecimiento económico con la contención demográfica. La oferta turística legal en número de plazas apenas ha variado desde los últimos treinta años. Paradójicamente, la sensación de saturación y masificación se ha multiplicado. La oferta turística ilegal nos permite despejar entonces la ecuación. En este sentido, el Govern ha dado luz verde a un nuevo decreto de turismo responsable para frenar el turismo de excesos, a la vez que el Consell recauda medio millón en sanciones turísticas. El camino parece ser el correcto, pero es de momento insuficiente para acabar con la lacra de los piratas que se lucran a costa del equilibrio y el bienestar de Ibiza.