Algunos sectores afortunadamente minoritarios en nuestra comunidad autónoma tienen siempre dispuesta el ascua para encender la mecha de la confrontación lingüística. En un perfecto castellano nos vienen a decir qué lengua hablamos aquí y a discutir lo que es evidente.

En VOX vuelven a poner sobre la mesa un aspecto que atormenta a la ciudadanía junto con la escasez de vivienda o la masificación turística: la lengua propia de las islas (ironía ON). Este debate estéril del que se alimentan para generar división fue resuelto por nuestro Estatut. A pesar de que les cause urticaria, en estas islas hablamos catalán. ¿Eso significa que seamos todos peligrosos independentistas? No. Se trata simplemente de una cuestión histórica y lingüística resuelta hace décadas. Nuestra modalidad del catalán se llama ibicenco, o mallorquín, o menorquín, pero en ningún caso «balear». El balear es un invento artificial fruto de la ignorancia. Ven como una amenaza lo que en realidad es una riqueza.

Afortunadamente, el Govern no va cooperar en el intento de VOX de llamar «balear» al catalán en nuestro Estatut. Suficiente ridículo ha hecho la Casa del Rey al otorgar el título de «Real» a una pseudo academia de la «llengo baléà», como para que el Govern se sume a otra charlotada. Es curioso que aquellos que nunca han hecho nada por la cultura, la lengua o la historia de esta Comunidad sean los que quieran izar banderas para reivindicarse como los defensores de una identidad que en realidad «detestan.
Proteger nuestras modalidades lingüísticas no es incompatible con estudiar el catalán que, como todo idioma, está dotado de una gramática y unas normas lingüísticas de extraordinaria singularidad. Mientras ellos braman, los demás seguiremos «xerrant», «rallant» o «parlant».